Besos y abrazos que devuelven la vida a las residencias

Doña Carmen sale por primera vez a la calle después de 3 meses de confinamiento en la residencia Ballesol de Tres Cantos (Madrid). Entre merecidos aplausos, cogida de un médico, le dan la sorpresa de su vida: la visita de su hija, Luz. Carmen se lanza a por ella pero tienen que frenar tanta emoción. Víctor también ha recibido la alegría del día en forma de abrazo seguro a través de un plástico. "Un chute de alegría, de emociones y de vida", cuentan los trabajadores. Pequeños gestos como el de Concha con su madre Julia o el de Juan Carlos con su madre Paquita. En la residencia ORPEA Santo Domingo (Madrid), con 95 y 94 años superaron la Covid19 en los peores tiempos. Hoy los besos y abrazos devuelven a las residencias su vida.-Redacción-