Todos los miembros de la Mesa del Congreso menos Vox asisten al homenaje a Azaña

El Congreso de los Diputados celebra un acto en honor al 80 aniversario de la muerte de Manuel Azaña, presidente del Gobierno en la Segunda República

Batet pide que la figura de Azaña sirva hoy para «defender, recuperar y profundizar» consensos

La presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, durante el homenaje que el Congreso ha rendido este martes a Manuel Azaña en conmemoración del 80 aniversario de su muerte EFE

Gregoria Caro

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El Congreso de los Diputados celebró este martes un acto en honor al 80 aniversario de la muerte de Manuel Azaña , presidente del Gobierno en la Segunda República. Asistieron todos los miembros de la Mesa del Parlamento menos Vox.

El partido de Santiago Abascal considera que homenajear a un presidente de la República es en estos momentos un «ataque» a la Corona . Sin embargo, no solo no acudieron sus portavoces, sino que ni siquiera Ignacio Gil Lázaro , representante de Vox en la Mesa del Congreso, estuvo presente en el acto con sus compañeros.

Los representantes del órgano de PSOE, Unidas Podemos (UP) y Partido Popular votaron a favor de celebrar el acto. Pero Vox rechazó la iniciativa y, como era de esperar, rompió la invitación. Su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros , consideró que era «muy inoportuno» celebrar el después de los desprecios de algunos miembros del Gobierno a la Jefatura del Estado.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ; el alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios , donde nació Azaña; su sobrina nieta María José Navarro Azaña y el presidente de la Fundación Manuel Azaña, Isabelo Herreros estuvieron presentes. También los portavoces parlamentarios Adriana Lastra (PSOE), Guillermo Mariscal (PP), Pablo Echenique (UP) y Miguel Gutiérrez (Ciudadanos). El homenaje se celebró en el Salón de los Pasos Perdidos.

Echenique ataca a la Corona

UP aprovechó el marco para comparar al político republicano con los representantes de la Casa Real y censurar su papel. Según recogió Europa press, Echenique explicó en una rueda de prensa que el homenaje a Azaña le recuerda «a la diferencia entre austeridad y honradez republicana de un presidente que vivió rectamente y murió rectamente y los crecientes casos de corrupción que rodean a la familia real, cuyo comportamiento en los últimos años dista de se ejemplare».

Además, el portavoz de UP subrayó que homenajear a Azaña es un compromiso con la «memoria democrática y republicana». Por eso no le extraña que la «extrema derecha» —así se refiere a Vox sin mencionarles— se niegue porque a su juicio quieren ocultar la contribución de las «políticas laicas y republicanas».

El discurso de Batet

La presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet , pronunció un discurso de apertura en el que reclamó que « el consenso en torno a su figura debe contribuir a defender, recuperar y profundizar tantos otros consensos nuevos cada día y a valorar los ya alcanzados». Un mensaje a los grupos a tenor de la creciente crispación política por la crisis sanitaria y económica.

«No estamos sobrados de consensos en España», señaló Batet, por lo que resulta «infrecuente alcanzar amplios y sólidos acuerdos» en el Congreso, que es la «casa de la política española». Un ejercicio que se complica cuando se trata de reconocer figuras e ideas. «Sin embargo, esas figuras existen», explicó en referencia a Azaña.

Batet aseguró que «no hay otro político español cuyas citas hayan resonado más veces en el Salón de Plenos del Congreso desde la instauración de la democracia». Y recordó que Mariano Rajoy citó a Azaña durante sus intervenciones en el Pleno, Felipe González presentó su biografía escrita por Josefina Carabias , Aznar presentó sus diarios robados en el exilio, José Luis Rodríguez Zapatero promovió la publicación de sus obras completas y Sánchez visitó el año pasado su tumba de Montauban, en Francia.

«Fue ante todo un reformista; y como tal se opuso al inmovilismo y la inercia pero también a la revolución», explicó. «Sus objetivos de reforma social, de acercamiento de España y los españoles a la realidad de progreso y convivencia de nuestros vecinos europeos tuvieron siempre un instrumento fundamental: el Estado».

Y también expresó que «fue un nombre de reconciliación, lo fue siempre en su defensa de integración y de la fuerza de la convicción frente a la exclusión y el exterminio del contrario, lo fue en su concepción del consenso como suma de acuerdos, concesiones y transacciones, y lo fue, especialmente, ante la tragedia de la Guerra Civil y la amargura del exilio».

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