Baleares y Cataluña colaborarán en la apertura de cuatro fosas en Mallorca en donde hay víctimas de la Guerra Civil

Se calcula que podría haber en total un millar de soldados enterrados, fallecidos entre agosto y septiembre de 1936, la mayoría de ellos del bando republicano

Las consejeras con las familiares de los militares asesinados en 1936

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El Gobierno balear, que preside la socialista Francina Armengol , y la Generalitat de Cataluña, que preside el independentista Quim Torra, han firmado este viernes un convenio de colaboración para desenterrar e identificar los restos de cuatro fosas comunes ubicadas en otros tantos enclaves del este de Mallorca, en donde hay víctimas de la Guerra Civil.

Se calcula que podría haber cerca de un millar de soldados enterrados en dichas fosas, la gran mayoría catalanes de las tropas republicanas que desembarcaron en la isla en agosto de 1936. Se trata de las fosas de Sa Coma, del Riuet de Porto Cristo, de Ses Coves Blanques y del cementerio de Son Coletes.

Firma del convenio

El acuerdo ha sido suscrito en Palma por la consejera de Cultura, Participación y Deportes del Gobierno balear, la ecosoberanista Fanny Tur, y por la consejera de Justicia de la Generalitat de Cataluña, Ester Capella, de ERC. Tras la firma del convenio, las dos consejeras se han desplazado hasta el cementerio de Son Coletes, en el municipio de Manacor, con los familiares de las milicianas asesinadas durante el frente de 1936 y que son motivo del documental «Milicianes» («Milicianas»), preestrenado este mismo jueves en Palma. Son Coletes fue uno de los lugares donde hubo más fusilamientos durante la Guerra Civil y ha sido el escenario de un acto de homenaje a las víctimas.

Criterios técnicos

Tur ha recordado que este convenio tiene su origen en la visita que el 21 de julio del pasado año realizó a Sa Coma el entonces consejero de la Generalitat Raül Romeva, actualmente en prisión preventiva. Fue entonces cuando se acordó el inicio de la firma de un protocolo, que la aplicación del artículo 155 de la Constitución paralizó. Por su parte, Capella ha señalado que «no podemos construir el futuro desde el olvido, los dos gobiernos trabajamos juntos para cerrar heridas y ponemos a disposición del Gobierno de las Islas todo nuestro programa de identificación genética».

La comisión técnica de fosas y personas desaparecidas, que depende del Gobierno balear, determinará el calendario de apertura de las fosas a partir de criterios técnicos. Se priorizarán aquellas fosas donde hay constancia de víctimas con familiares directos vivos . Por su parte, el Departamento de Justicia de la Generalitat enviará arqueólogos para extraer muestras de ADN y también repatriará los cuerpos que sean identificados. El acuerdo suscrito hoy establece, por otro lado, que durante el primer semestre de 2019 se señalizarán las fosas y se harán intervenciones para convertir los lugares en espacios de memoria, reflexión y divulgación.

El desembarco en Mallorca

Según ha recordado el Gobierno balear a través de un comunicado, las tropas republicanas del capitán Alberto Bayo desembarcaron en el levante de Mallorca en la madrugada del 16 de agosto de 1936 «con la intención de recuperar la isla, que estaba en manos de los nacionales». La operación fue ideada desde Cataluña y contaba con unos 8.000 expedicionarios catalanes provenientes de diferentes partidos políticos o sindicatos, como por ejemplo el PSUC, el Partido Socialista, la UGT o la FAI. Había también brigadistas internacionales y un grupo de mallorquines. Llegaron a bordo del buque «Mar Negro», y además contaban con dos destructores, un submarino y seis aviones. El capitán Bayo creó un frente de catorce kilómetros entre las localidades de Porto Cristo y Son Servera, que ha pasado a la historia como el frente de Porto Cristo.

El desembarco sería finalmente un fracaso. «Las tropas estaban poco preparadas, los refuerzos no llegaron y la aviación italiana fue determinante», explica el citado comunicado. Se calcula que el bando republicano sufrió unas 400 bajas en sólo dos días y unas 1.700 en los veinte días que duró la ofensiva. El 4 de septiembre se produjo la retirada y el reembarque. «A pesar de esto, grupos de republicanos se quedaron en tierra dispersados por el campo de batalla. Fueron encarcelados y ejecutados», añade la mencionada nota.

Las víctimas del desembarco fueron enterradas en diferentes lugares del frente y por eso hay varias fosas documentadas. La fosa más grande está en la playa de Sa Coma, en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar. Algunas fuentes indican que en Sa Coma puede haber enterradas unas 500 personas. Las víctimas son republicanos que cayeron en combate víctimas sobre todo de la aviación italiana, nacionales fusilados por los republicanos, republicanos fusilados por su propio ejército por actos de indisciplina y luchas internas entre facciones, republicanos que se quedaron en tierra después de la retirada y que fueron ejecutados, y cadáveres que quedaron en la zona después de la retirada.

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