Curri Valenzuela
Aviso de Obama a Podemos
«Puede que en España seamos aficionados a practicar la amnesia y el que Iglesias confiese ahora que Obama le cae simpático nos haga olvidar todo su historial pasado»
«Las bases norteamericanas en España no se tocan». Es la frase que Barak Obama no pronunciará esta tarde cuando visite a las tropas de su país estacionadas en Rota, pero constituye el mensaje subliminal que el presidente de los Estados Unidos lanzará desde allí para que se escuche en este Madrid en el que los políticos siguen debatiendo como y cuando formar gobierno.
Su escala en nuestro país, abreviada al final por los disturbios de Dallas, fue preparada cuidadosamente por la Casa Blanca durante meses y ninguno de sus detalles carece de significado político . Para empezar, el momento: pasada la campaña electoral pero mientras Mariano Rajoy tratar de formar una mayoría para gobernar a la sombra de otra mayoría posible, esa que ahora quiere Pablo Iglesias y a la que Pedro Sánchez no le hace ascos.
No hay duda de que la foto de hoy será la del presidente español en funciones y el norteamericano que está de salida, lo que beneficia a Rajoy. Y no hay que olvidar que no hace mucho, tres años, Pablo Iglesias participó en un escrache «anti-imperialista» a las puertas de la embajada USA en Madrid y hace menos aún, pocas semanas, el programa electoral de Podemos abogaba por llevar a cabo una “profunda revisión” los acuerdos bilaterales hispano-norteamericanos que permiten que la base de Rota se haya convertido en el centro de operaciones del escudo antimisiles de la OTAN y la de Morón en la sede permanente de la fuerza de despegue rápido para crisis en Africa.
Puede que en España seamos aficionados a practicar la amnesia y el que Iglesias confiese ahora que Obama le cae simpático nos haga olvidar todo su historial pasado, pero en Washington esos gestos, más detalles tan importantes como el de financiarse desde Venezuela o Irán, se archivan con tinta imborrable.
Ni siquiera han perdonado todavía a Zapatero aquella pataleta de sentarse al paso de la bandera norteamericana en un desfile en el Paseo de la Castellana para protestar por la guerra de Irak, y eso que el último presidente socialista trató de enmendar su pecado aprobando en sus últimos momentos la ampliación de la base de Rota. A Sánchez, que por lo visto les recuerda a su antecesor y motivos les ha dado por su empeño en llegar al gobierno apoyado por Podemos, también le quería dejar un recadito Obama que lo de Dallas ha estropeado: su paseo por Sevilla con Susana Díaz, dicen en Washington, tampoco estaba planeado por casualidad.