Asociaciones de víctimas no irán al homenaje en el Congreso «por la presencia de los herederos de ETA»

El 27 de junio la Cámara Baja celebrará el 'Día de las Víctimas del Terrorismo'

Asociaciones de víctimas del terrorismo el año pasado, a las afueras del Cogreso en el Día de las víctimas del Terrorismo
Carlota Pérez

Carlota Pérez

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Celebrar un homenaje a las víctimas del terrorismo en el Congreso de los Diputados sin la asistencia de dos de las principales asociaciones señala una falta de consenso y entendimiento entre el Gobierno y las víctimas.

Y eso es lo que se va a ver el próximo 27 de junio en la Cámara Baja, que con motivo del Día de las Víctimas del Terrorismo, y bajo la presidencia de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, va a celebrar un acto en recuerdo a los afectados por el terrorismo.

Ni la Asociación Dignidad y Justicia ni la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) acudirán a este acto, en el que sí estarán representantes de Bildu.

Desde estas dos asociaciones no ven con buenos ojos que «el brazo institucional de ETA» asista al homenaje y que el Gobierno de Pedro Sánchez permita «la presencia de los herederos de ETA» , además de estar llevando a cabo una «depravada política contra las víctimas de ETA», señalan.

Sí estará Bildu

Por su parte, la izquierda separatista vasca estará representada por su diputado Jon Iñarritu , que asistió por vez primera a esta ceremonia en memoria de las víctimas en 2019, y repitió en 2020, año en el que el Congreso decidió mantener este acto porque tuvo lugar poco después de levantarse el primer estado de alarma. Es esta, la presencia de Bildu, una de las razones por las que Dignidad y Justicia, asociación dirigida por Daniel Portero, lleva desde 2019 sin acudir al homenaje. «A pesar de ser un acto que respetamos, agradecemos y admiramos », apuntan. «Con terroristas y socios de terroristas en el Gobierno no hay nada que compartir y mucho menos una foto que daña a las víctimas del terrorismo», argumenta.

La AVT, dirigida por Maite Araluc e, recuerda que, hasta el año pasado, venía participando en este acto por ser el único de carácter institucional en el que se homenajea a todo el colectivo que representan. «Este respeto que tenemos a todas las víctimas del terrorismo ha imperado siempre a pesar del desacuerdo y enfado que nos genera la presencia de los herederos del brazo institucional de ETA en nuestras instituciones», aduce. Sin embargo, esta vez reconoce Araluce que el Gobierno «ha traspasado una serie de líneas rojas». La principal, «el protagonismo político de ETA», convirtiéndose en uno de los socios preferentes para Sánchez, «que no ha dudado en cambiar presos por apoyo». Pero también el fin de la política de dispersión, con sus semanales acercamientos de presos etarras al País Vasco, no hacen más que «humillar a las víctimas». El pasado 11 de junio el Ministerio del Interior trasladó a cuatro presos de ETA a cárceles cercanas al País Vasco, quedando solo siete por ser reubicados.

La AVT, aunque el próximo 27 de junio no estará dentro del hemiciclo, sí confirma que se concentrará frente al Congreso para rendir a las víctimas su propio tributo, un acto al que se ha sumado la Asociación a las Víctimas el Terrorismo (APAVT). «No creemos en homenajes que lleve a cabo un presidente de un Gobierno que el pasado mes de septiembre mostraba su solidaridad con la formación heredera de Batasuna por el suicidio de un etarra en prisión», dicen desde la asociación.

Once años de recuerdo a las víctimas

Este año, como viene siendo habitual en los últimos, tendrá lugar en el Salón de Plenos y acudirán miembros de las Mesas del Congreso y del Senado, portavoces de los distintos grupos parlamentarios, miembros del Gobierno y otros poderes del Estado y representantes de asociaciones de víctimas.

El acto se viene celebrando todos los 27 de junio en el Congreso desde que hace once años lo impulsara el entonces presidente, José Bono, que lo estableció coincidiendo con el Día de las Víctimas del Terrorismo, acordado a iniciativa de las asociaciones. Ese día de 1960, Begoña Urroz Ibarrola, una niña de 22 meses que murió calcinada a consecuencia de un artefacto explosivo que el Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), un grupo terrorista que decía luchar contra la dictadura franquista y salazarista, colocó en la estación de autobuses de San Sebastián.

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