Los asistentes a la macrofiesta de Llinars del Vallès se trasladaron a otro pueblo cercano

Con la música a otra parte. Los asistentes de la macrofiesta de Llinars del Vallès no se fueron inmediatamente a casa a confinarse. Cogieron sus caravanas y se trasladaron a un pueblo cercano. La Policía local y los Mossos han tenido que desalojarles evitando el riesgo de contagio para los vecinos. Una nave abandonada, es lo que ha quedado de la rave a la que acudieron más de 300 personas. Si no fuera por las autoridades aún estaría llena porque pretendían quedarse hasta el lunes. Dos de los organizadores, una holandesa de 29 años y un español de 22, ya han sido detenidos y pasarán mañana a disposición judicial. Las multas pueden alcanzar los 600.000 euros por montar esta fiesta de 40 horas de duración. Los hosteleros de la zona critican la impunidad de los asistentes y la demora en la actuación policial. Los vecinos también ven con enorme preocupación lo sucedido. Todos coinciden, esta fiesta es una auténtica bomba de relojería en plena pandemia.-Redacción-