Asesinan brutalmente a un empresario asturiano en Buenos Aires

El cuerpo de Roberto Fernández Montes, de 67 años, estaba medio calcinado y algunas partes seccionadas por la intervención, presumiblemente, de perros hambrientos

Imagen del empresario Roberto Fernández Montes
Carmen de Carlos

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El cuerpo del asturiano Roberto Fernández Montes estaba medio calcinado y algunas partes seccionadas por la intervención, presumiblemente, de perros hambrientos . El hombre, de 67 años, fue asesinado en su vivienda y trasladado en su automóvil a un descampado de Cañuelas, en la provincia de Buenos Aires. Las cámaras de seguridad del edificio donde vivía registraron la secuencia donde se aprecia a su yerno y a un amigo –actualmente detenidos- bajar del ascensor con un bulto que, por la forma y dimensiones, se cree que era el empresario que salió de su Lena natal y llegó de niño a Argentina en busca de mejor vida.

Las cosas, pese a los ciclos y turbulencias económicas del país, no le habían ido mal a Roberto. Viudo y con dos hijas, Natalia y Giselle, había logrado mantener a flote Mini Vial, su empresa de alquiler de maquinarias de construcción. Con una posición estable, éste trabajador incansable, según sus allegadas, confió en quien no debía: Santiago Corona, su yerno, el padre de sus dos nietos, el mismo que se ocupaba de las finanzas y que, como descubrió hace ocho meses, le había estafado.

El sábado fue la fecha de la tragedia. La familia fue a buscarle al piso del barrio de Caballito (zona residencial del clase media) pero no estaba. María del Carmen Liñera, su novia desde hace más de una década , dio la voz de alarma después de que Roberto no acudiera a la cita que tenía con ella. Con el transcurrir de las horas y ante la imposibilidad de localizarle dieron aviso a la Policía.

La angustia de sus seres queridos parecía compartirla el presunto homicida que, según testimonio de la familia, procuraba restar importancia a la ausencia de su suegro y hasta llevó a las mujeres a las instalaciones donde tenía la empresa por si estaba allí.

La verdad no tardaría en descubrirse gracias al vídeo y al hallazgo del cuerpo (el lunes) que pudo ser identificado por una cadena y una cruz de acero de la que jamás se desprendía. Las imágenes producen escalofrío en Argentina donde los canales de televisión no se cansaron de repetirlas. Gracias a ellas los agentes supieron que quien estaba detrás de la, inicialmente, desaparición de Roberto era su yerno y su amigo César Rircardo Arce, ex mecánico de la empresa. Em el coche dle primero descubrieron una bolsita cerrada herméticamente que contenía 20.000 dólares que Roberto guardaba en su cuarto de baño.

El hallazgo de los restos de su cuerpo en Cañuelas fue el último episodio de un crimen, salvo en el momento del hecho, grabado paso a paso. Los médicos forenses y la Policía Científica aún no logran dar con la causa de la muerte dado el estado del cuerpo. Quizás más adelante, puedan concluir si el yerno y su cómplice le mataron a golpes, con arma blanca o a tiros aunque, por ahora, no hay restos de bala en los huesos que quedaban. Un final trágico para un hombre bueno que, pese a ser estafado, nunca denunció a su yerno.

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