Inés Arrimadas cierra en falso la crisis de Ciudadanos sin autocrítica y con un discurso victimista
Amplía su núcleo duro mientras Toni Cantó deja el partido y el Parlamento valenciano
La resolución de las crisis en Ciudadanos (Cs) dura cinco horas. El problema es que en las últimas fechas en el partido de Inés Arrimadas son cíclicas. Exactamente un mes después del cónclave posterior a las elecciones catalanas , uno de los más tensos vividos en la formación, el Comité Ejecutivo ha vivido este lunes la dimisión de Toni Cantó y la reestructuración del núcleo duro.
Solo el tiempo dirá si los cambios introducidos por Arrimadas son reales o mera cosmética. Por lo pronto, los dos señalados por los críticos, Carlos Cuadrado y José María Espejo , solo renuncian a sus vicesecretarías, pero no a su puesto en el Comité Permanente . La líder de Cs ha contentado con su ampliación a una parte importante de la ejecutiva, pero no a Cantó, quien ha dado un portazo tras exigir, sin éxito, la dimisión de toda la cúpula -Arrimadas incluida-, la concurrencia en coalición con el PP en las elecciones de la Comunidad de Madrid y que Ignacio Aguado no sea cabeza de lista.
Se ha marchado, según distintos testimonios, sin oír las respuestas de sus compañeros y sin presentar su dimisión a la presidenta del partido. Se han enterado de que dejaba la ejecutiva y su acta de diputado en la Comunidad Valenciana por sus declaraciones a los medios. La sensación es la misma en varios integrantes del Comité Ejecutivo: ha llegado con un discurso preparado y con una decisión tomada. En el corto plazo, sitúan a Cantó en el PP. «Cuando alguien no está conforme con el proyecto, se nota. Y Toni llevaba un tiempo en el que no lo estaba», admite un dirigente histórico en conversación con este diario, para quien el cambio de bando de Fran Hervías ha sido mucho más doloroso.
Las voces más críticas del Comité Ejecutivo, al margen de Cantó, creen que los cambios son puro «maquillaje»
Pero también hay otras voces en la ejecutiva, aparte de la del actor y político valenciano, que critican «el maquillaje» y trasladan un mensaje muy pesimista y de abatimiento. «La vida sigue igual», lamentan, y señalan que Cuadrado seguirá controlando en la práctica el Comité Permanente porque cuenta con una mayoría de afines.
Sofocado en parte el incendio en la ejecutiva, y a la espera de contener las llamas periféricas, con los grupos parlamentarios al borde de la ruptura -ayer la diputada Marta Martín exigió la convocatoria de un Consejo General , máximo órgano entre asambleas, para recibir explicaciones-, Arrimadas ha protagonizado un discurso victimista que ha buscado ocultar los errores cometidos denunciando «una operación para intentar acabar con Cs» .
De la «bochornosa» estrategia, en palabras de Cantó, en la que Cs ha perdido dos de sus cuatro gobiernos autonómicos, Arrimadas apenas ha reconocido un error de comunicación. Algo, por cierto, que también hizo Albert Rivera cuando dilapidó en unos meses 47 de sus 57 escaños en el Congreso . «No hemos sabido comunicar». La frase es recurrente en Cs desde el 2019, pero lo cierto es que desde entonces los electores no comprenden al partido liberal. Esta vez, dijo Arrimadas, pero también otros dirigentes como Begoña Villacís , convirtieron en noticia antes la moción de censura en la Región de Murcia que la presunta corrupción de los populares.
Tres horas de demora
Arrimadas ha comparecido tres horas después de concluir la reunión rodeada de su nueva cúpula, con Cuadrado y con Espejo en un notorio segundo plano, pero agradeciéndoles el gesto de renunciar a sus atribuciones tras el fiasco de la operación murciana. Cuadrado se ocupará de las Finanzas, como en tiempos de Rivera, y Espejo se limitará a su función parlamentaria, donde es secretario general del grupo de Cs. Al menos sobre el papel, Marina Bravo , única secretaria general y sin vicesecretarías, debería alzarse con los galones que asumieron sus subalternos.
Después de cinco horas de reunión y otras tres de espera, Arrimadas no ha atendido preguntas de los medios
Las declaraciones han sido sin preguntas , tras un fin de semana en el que Arrimadas se refugió para preparar su respuesta a la mayor crisis desde que asumió la presidencia. La sede, absolutamente blindada, se ha convertido en una fachada más para los periodistas, que han visto llegar a algunos miembros de la ejecutiva desde las diez de la mañana y cómo se marchaban los últimos pasadas las ocho de la tarde. La prensa ni siquiera ha podido acceder al edificio para utilizar el aseo.
Desde que ha concluido la reunión a las cinco de la tarde hasta que Arrimadas ha hablado por fin han transcurrido tres horas. El partido justificaba los continuos retrasos por errores técnicos con el ‘streaming’. Y la líder de Cs, que ha asumido errores sin citar ninguno, ha reivindicado su apuesta por el centro . Un centro capaz de pactar a izquierda y a derecha por igual. Es una enmienda a la totalidad a la estrategia final de Rivera, pero insiste en ella y no está en duda. El problema hasta ahora, según las voces críticas, ha sido la ejecución.
«A nadie se le podía escapar que Isabel Díaz Ayuso iba a convocar elecciones nada más conocerse lo de Murcia», señala una fuente de la ejecutiva. La sensación fluctúa entre una relativa calma y la desolación. Otras fuentes presentes en la reunión transmiten que ven a Cuadrado «aliviado», tras meses en el disparadero y asumiendo la presión de acumular todas las decisiones estratégicas. Ahora Arrimadas diseña un organigrama más tradicional, con secretarías específicas -aún por determinar-, y en el que se recuperará la Secretaría de Comunicación . En el Comité Permanente habrá voces críticas con la estrategia, como Begoña Villacís , Juan Marín o el propio Ignacio Aguado .
Quince miembros
Pero se incorporan otros nombres como Guillermo Díaz , quien ya fue secretario de Comunicación de la gestora, Jordi Cañas , Sara Giménez , Fernando Giner y Daniel Pérez . En total, el Comité Permanente pasa de tener siete miembros a quince, con otra figura reforzada: Edmundo Bal será el portavoz nacional del partido. Melisa Rodríguez será ahora portavoz adjunta, un puesto huérfano desde la marcha de Lorena Roldán al PP. Completa la cúpula Borja González , secretario de Organización, quien afronta la difícil tarea de combatir la captación de cargos medios por parte de Hervías, el Señor Lobo, ahora en el PP. Este será el equipo encargado de resituar a Cs en el mapa político y convencer de la necesidad del centro en España. En otras palabras, como ha dicho Félix Álvarez a su llegada, Cs tiene que dejar de ser «el meme» de su propio partido.
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