Arranca el juicio por el doble parricidio de Godella
"Todos están muertos". Es lo que Gabriel, el padre, le dijo a la guardia civil cuando...
"Todos están muertos". Es lo que Gabriel, el padre, le dijo a la guardia civil cuando llegaron a la finca que ocupaba la familia. Buscaban a Amiel, de 3 años, y a la pequeña Ixchel, de tan sólo 6 meses de edad. A María, la madre, la encontraban oculta dentro de un bidón, completamente desnuda. Confesó haber enterrado los cuerpos de sus hijos, mientras repetía que los pequeños tenían que resucitar. Gabriel y María estaban convencidos de que una secta les perseguía. Creencias que alertaron a la abuela materna. La tarde antes denunció ante un juzgado que sus nietos corrían peligro. Pero esa misma noche, se perpetró el crimen. La pareja presuntamente purificó a sus hijos bañándolos en la piscina, para después propinarles una brutal paliza que les causó la muerte. Hoy los dos se sientan en el banquillo. La madre no pisará la cárcel, ya que padece esquizofrenia paranoide. Piden 25 años de internamiento médico para ella. El padre, se enfrenta a 50 años de prisión, por un doble asesinato con el agravante de parentesco.