El ardor guerrero de «Chosun Il»

Con su afición a las armas, Cao de Benós se contagia del belicismo del régimen estalinista de Pyongyang

Alejandro Cao de Benós EFE
Pablo M. Díez

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Al final, uno acaba quemándose de tanto jugar con fuego. Tanto se había creído Alejandro Cao de Benós su papel como «embajador» de Corea del Norte , que él mismo se ha atribuido de forma extraoficial con el paso de los años, que ha terminado contagiándose del ardor guerrero de este anacrónico régimen estalinista. Presentándose con su nombre en coreano, «Chosun Il» («Corea es una»), era ya habitual verlo exaltado en televisión. Ante las cámaras, en pleno Paralelo 38, aseguraba que le entraban ganas de coger un fusil y liarse a tiros con los soldados estadounidenses y surcoreanos al otro lado de la frontera, la última que queda de la Guerra Fría. ¿Numerito para la galería o auténtico odio anticapitalista? Por lo que sé del personaje, seguramente lo primero.

Conocí a Cao de Benós en abril de 2007, cuando visité Corea del Norte por primera vez en uno de los viajes que organizaba por el módico precio de 2.400 euros . Como ya se sabe, ser comunista no significa que uno no pueda hacer negocios. A pesar de su habitual trato exquisito, Cao no dudaba en amenazar con expulsar del país a quien incumpliera las normas y se ufanaba de haber vetado a varios medios y de haberle requisado las cintas a un reportero americano. Al más puro estilo comunista, humilló con una monumental bronca delante de todo el grupo a un despistado joven británico que había cometido la osadía de salir del hotel y darse una vuelta solo por el centro de Pyongyang, lo que estaba terminantemente prohibido porque siempre debía acompañarnos un guía. ¿Numerito para la galería o ínfulas de dictador? Seguramente las dos cosas.

Nacido en Tarragona en 1974 , Cao de Benós se declara un ferviente seguidor de la ideología «juche» de Corea del Norte , que mezcla el comunismo con el culto a la dinastía de los Kim. Pero también se enorgullece de pertenecer a una familia de aristócratas porque asegura ser el primogénito de los barones de Lés, condes de Argelejo y marqueses de Rosalmente, títulos nobiliarios que, por cierto, ya no están reconocidos oficialmente por haber caducado sin que se rehabilitaran. ¿Numerito para la galería o aires de grandeza?

No hay duda de que a Cao de Benós, que sirvió dos años en el Ejército español , le gustan el orden, la disciplina y los uniformes, que tanto abundan en regímenes totalitarios como el de Corea del Norte. Y, por lo que se ve ahora, también le gustan las armas, por supuesto para defenderse de las amenazas que dice sufrir . Igual que Kim Jong-un.

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