Arancha González Laya, la ministra a la que la crisis de Marruecos le vino grande
Después de un año y medio en el cargo, Pedro Sánchez destituye a su ministra sorpresa
Estos son los ministros que salen del Gobierno
Arancha González Laya pasó de ser el gran fichaje sorpresa de Pedro Sánchez a convertirse en uno de los perfiles más cuestionados de su segundo Ejecutivo. Fue nombrada ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación el 13 de enero de 2020 y, como independiente, no estaba afiliada al partido, por lo que incluso era una desconocida no solo en el seno del PSOE, sino también en la política nacional.
Un año y medio después de aquel «Spain is back, Spain is here to stay» («España ha vuelto. España está aquí para quedarse»), a Laya le han pasado factura la pandemia, la grave crisis con Marruecos y el distanciamiento entre España y EE.UU.
Sus planes se comenzaron a truncar un mes después de ser nombrada ministra, cuando el Covid-19 provocó que sus proyectos al frente del cartera saltaran por los aires . Una hoja de ruta basada en la diplomacia económica, que es el fuerte de Laya y en lo que trabajó durante años, primero en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y, después, en el Centro de Comercio Internacional. Aún así, a su mandato durante la pandemia se le atribuyen los retos de España en materia de movilidad, la repatriación de españoles desde diferentes puntos del mundo, el Observatorio Covid Internacional y los famosos fondos de recuperación ‘Next Generation’.
La gestión de Laya en este año y medio, sin embargo, ha sido tan personalísima que la pandemia le hizo relegar otras cuestiones internas del ministerio que también eran muy importantes, como el retraso a la hora de resolver las vacantes inferiores al puesto de embajador en las jefaturas de misión . Además, dejó en el aire el nombramiento de más de treinta embajadores , algo en lo que se puso manos a la obra hace un mes.
A estos dos factores se sumó la imposibilidad de satisfacer las demandas de los funcionarios en el extranjero que solicitaban ser vacunados de manera urgente , sobre todo los que estaban en países donde las circunstancias eran especialmente complicadas y no se podían desplazar hasta España para recibir sus dosis. La inacción para responder a toda esta intendencia doméstica provocó que Laya cada vez se sintiera más sola y aislada en el Palacio de Santa Cruz .
El apoyo por parte de los funcionarios del Ministerio hacia ella escaseaba cuando la operación Gali y la crisis migratoria de Marruecos dinamitaron su mandato. Y es que a Laya se le atribuye una gestión que se llegó a calificar de «nefasta» a una crisis que comenzó en abril, cuando el Gobierno permitió que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, entrase en España para tratarse en un hospital de Logroño de la enfermedad de Covid-19. Un permiso que provocó una grave crisis migratoria y diplomática con Marruecos -cuyo precedente lejano fue la ocupación del islote de Perejil (2002)-, que respondió permitiendo la entrada de más de 10.000 inmigrantes por Ceuta.
Otro frente que Laya no supo reconducir fueron las gélidas relaciones con EE.UU. tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca . A las disputas comerciales con EE.UU. por la tasa Google, los aranceles o el conflicto Boeing-Airbus se sumó el apoyo de la administración Biden a Marruecos.
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