La aparente inmovilidad de las coladas no elimina la amenaza

Un dron vuelve a sobrevolar una de las coladas más extensas; es la número 11, la que se bifurcó de la principal más hacia el sur hasta caer por un acantilado en la fajana formada por la erupción del volcán de san juan. En su recorrido aparecen muchas zonas con edificaciones aisladas en medio de la colada. En otros puntos se aprecia ceniza en algunas azoteas, junto a tejados sin rastro de material volcánico. Aunque no se distinguen cursos de lava en superficie, el humo que brota de la masa oscura es indicio de altas temperaturas y de lava que discurre bajo el terreno por diferentes tubos lávicos. Siguen alimentando esta colada, aparentemente inmóvil pero todavía una amenaza para cientos de vecinos desalojados de Puerto Naos.