El anticuario que traficaba con obras expoliadas en Libia pagó 600 euros por una pieza que vendió por 30.000
Jaume Bagot tiene «una doble cara; es muy fino, inteligente y también sibilino»
El anticuario catalán Jaume Bagot había vendido ya seis piezas expoliadas por Daesh de las doce detectadas por la Policía y en uno de los casos se ha conseguido localizar la obra. Las investigaciones han conseguido demostrar que por ella Bagot no pagó más de 600 euros, transporte hasta España incluido, y que la vendió por 30.000, parte de los cuáles, unos 10.000, habrían sido en «b». El cliente, que en todo momento actuó de buena fe y que ha colaborado con los agentes, reside cerca de Madrid y en su domicilio tenía expuesta la obra
Se trata, por tanto, de una operación enormemente ventajosa para el vendedor, que acumula un notable patrimonio como es su espectacular casa en Argentona, su galería de arte en la calle Consell de Cent de Barcelona y dos porsches. Asimismo, tenía inversiones en bitcoins, de modo que puede utilizar esa moneda virtual para hacer pagos.
Durante la investigación tanto Bagot como su socio Oriol Carreras adoptaron medidas de seguridad en sus comunicaciones. «¡Calla, no digas eso por teléfono!» , se oía en las intervenciones cuando la conversación giraba en torno a estos asuntos, o bien simplemente colgaban el auricular de forma brusca si la conversación derivaba por derroteros inconvenientes. En cualquier caso, en algunas de ellas explica a su interlocutor que la «segunda pieza» le había encantado y que quería una tercera, que la conseguiría en el norte de África.
Bagot, para los investigadores, tiene «una doble cara y en cada momento actúa como mejor le conviene». En los registros se mostró tranquilo, hasta que los investigadores localizaron dos de las piezas en uno de sus almacenes, en concreto una cabeza por la que había pagado 600 euros . En ese momento sí dio muestras de preocupación. «Es muy inteligente, fino y también un tanto sibilino», explican las mismas fuentes, que destacan asimismo su preparación cultural a pesar de no haber pisado la universidad. Solo un dato: su biblioteca supera ampliamente los 4.000 volúmenes.
En cuanto a su socio, Oriol Carreras, es la mano derecha de Bagot y cuando éste no está él toma el mando. Conoce todo lo que pasa y muchas veces se ocupa de los transportes de las piezas. Ha recibido algún camión a las tres de la madrugada de un domingo para hacerle la entrega de las obras.
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