Anticorrupción investiga ya la «presunta connivencia» de Villarejo con periodistas

Concluye que la filtración de audios puede responder «a maniobras orquestadas para influir en la instrucción judicial»

La pata mediática vuelve a estar bajo la lupa: esta vez en la pieza Kitchen

El excomisario Villarejo, en una imagen de archivo EFE

Isabel Vega y Javier Chicote

La Fiscalía Anticorrupción investiga ya la «presunta connivencia con determinados profesionales del periodismo así como un cierto control indirecto sobre determinados medios de comunicación» por parte de la «mafia policial» que habría estado liderando el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo y que, manejando información sensible, gozaba de «un alto poder de extorsión».

Desde que se iniciaron las actuaciones en la macro causa Tándem, los investigadores han venido persiguiendo lo que se ha dado en llamar la «pata mediática» del clan, sin embargo y aunque era la dirección que parecía tener la pieza separada relativa al robo y la difusión de contenidos del móvil de una asesora de Pablo Iglesias , la relación de Villarejo con las filtraciones ha quedado diluida por la posible participación de otras personas, incluida ella, Dina Bousselham .

Ahora, en la parte de la causa que investiga el espionaje al ex tesorero del PP Luis Bárcenas para sustraerle documentación «comprometedora para el partido y sus dirigentes», se abre de nuevo la puerta a investigar «un cierto control indirecto» que el clan habría ejercicio «sobre determinados medios de comunicación, que habrían sido específicamente utilizados para la prestación de algunos de los ilícitos servicios contratados con sus clientes por los investigados que se encuentran en la cúpula de la organización», Villarejo y su socio Rafael Redondo .

Anotaciones en agendas

El puente es una denuncia del comisario jubilado Marcelino Martín Blas , que está investigado en Kitchen y que se dirigió al juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional en este procedimiento para poner en conocimiento la campaña de desprestigio a la que, asegura, fue sometido por Villarejo y los suyos por intentar preservar la integridad de determinadas investigaciones policiales.

Denunciaba otros extremos, pero en un escrito de Anticorrupción al que ha tenido acceso ABC, la Fiscalía se centra en este punto y pide que la denuncia se incorpore a las pesquisas sobre Kitchen, dado que «los avances en la presente instrucción vienen permitiendo detectar una presunta connivencia con determinados profesionales del periodismo». Recuerda las «numerosas anotaciones que figuran en las agendas personales intervenidas a Villarejo» y que «reflejan permanente contacto con estos profesionales, en algunos casos con expresas vinculaciones a determinados asuntos judicializados».

Añade un elemento más. Los audios del comisario filtrados a la prensa y que no constan en la Audiencia Nacional, bien porque no se han encontrado en el ingente arsenal intervenido a Villarejo; bien porque no se han desencriptado aún, bien porque directamente, no estaban en las localizaciones donde se acometieron las entradas y registros.

«Aquellas filtraciones a los medios de comunicación de grabaciones realizadas de forma clandestina por el propio investigado Villarejo, bien pudieran responder a maniobras orquestadas para influir directamente en el curso de la instrucción judicial, lo que cabe inferir también de los momentos en que tales filtraciones y publicaciones se producen», señalan los fiscales en su escrito del pasado mes de julio.

Una mafia policial con total impunidad

«Bien es sabido que una de las características de las organizaciones criminales es la puesta en marcha de mecanismos de todo tipo tendentes a asegurar la impunidad de sus miembros, y con mayor intensidad si se trata de aquello que ostentan los puestos más altos en el organigrama organizacional y funcional de aquellas», razona el escrito, que pone en la cúspide a Villarejo.

Relata que este investigado «ha pasado de desenvolverse con total impunidad, desarrollando una continuada actividad delictiva bajo el manto protector de su alto cargo policial, hasta su jubilación en el mes de junio de 2016, habiendo desarrollado una continuada actividad delictiva».

«Se evidencia en las diligencias hasta la fecha practicadas en la causa como un fiel reflejo de la corrupción que desde hace años habría infectado a un grupo de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que aprovechando el manto de protección que le otorgarían sus respectivas condiciones de Comisarios, y contando con otros funcionarios policiales de menor nivel que les serían incondicionalmente fieles —alguno de ellos ya identificado e investigado en el presente procedimiento-, se habrían convertido en una auténtica «mafia policial», que actuaría para la exclusiva satisfacción de su afán de lucro».

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