ESPAÑA
Es Andalucía, estúpido
El presidente se lo dijo a Cospedal antes de hacer las listas: «La prioridad es Andalucía»

El Parlamento andaluz está situado en el Hospital de las Cinco Llagas. A partir de su construcción en el siglo XVI, allí se asistía a las víctimas de inundaciones y epidemias, casi todas mortales. Quiso la historia que desde 1992 fuera sede del Legislativo andaluz, donde el PP intenta curar sus particulares cinco llagas: la pérdida de medio millón de votos en las últimas autonómicas; la improvisación con que se designó a -pese a todo- un buen candidato como Juan Manuel Moreno Bonilla para liderar al partido; el voto casi biológico al PSOE de los ERE; la sombra espesa de Javier Arenas ; y los pactos de la izquierda que han laminado la edad de oro de los alcaldes de la derecha en Andalucía.
«La prioridad es Andalucía» . Son palabras de Mariano Rajoy hace unos días cuando la ya secretaria general y el vicesecretario Martínez-Maíllo, teléfono en mano, cuadraban la candidatura andaluza. Al otro lado, negociaba el líder andaluz con el que Cospedal no tiene especial afinidad, desde que fuera designado contra su voluntad. El presidente conoce bien lo que Andalucía da y puede quitar. En 2011, el 18% de sus fabulosos 186 escaños en el Congreso lo obtuvo gracias al apoyo de los electores de esa comunidad, que, por contra, noquearon al PSOE de Rubalcaba haciéndole perder ocho asientos en las Cortes. Sin Andalucía, donde en las últimas autonómicas el peligroso Albert Rivera se hizo con 350.000 votos y la llave del Gobierno de Susana Díaz , España está perdida. Lo dice también Mariano Rajoy en los comités de dirección.
Podrá hablarse, decía ayer un alto cargo popular, del abandono del Parlamento castellano-manchego por parte de Cospedal; podrá analizarse la imposición de ministros «cuneros» , en contra de la voluntad de sus barones; incluso del caso de Montoro, al que Andalucía no quería en su ticket y sí a los alcaldes caídos el 25-M; o del enfado de Esperanza Aguirre por no tener ni voz ni voto en la lista madrileña... Pero, nada cuenta tanto como el vivero de votos que aportan las ochos circunscripciones andaluzas . En La Moncloa se repite: es Andalucía, estúpido.
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