Amenaza de desahucio para el gimnasio social Sant Pau

En el gimnasio Sant Pau, donde antes se esculpían cuerpos ahora se reparan sus carencias. Esa labor social  la llevan en los genes.  Siempre ha habido un hueco para los más necesitados. Y con la pandemia han reforzado esa vocación para ayudar a sintecho. Cada día facilitan ducha, comida y ropa a 150 personas.  Pero ahora todo esto peligra. Sobre ellos pesa una orden de desahucio en enero. En julio venció el contrato de alquiler y la propiedad no se lo renueva. Ellos piden que el ayuntamiento compre el edificio tal y como se comprometió hace dos años. Pero desde el consistorio lo descartan por los graves problemas financieros que atraviesa. Sí están dispuestos a mediar para que el Sant Pau, que quiere reabrir a los socios a mediados de octubre, continúe como puntal en la vida de barrio de el Raval.