Albert Rivera ofrece su apoyo a Pedro Sánchez para activar el 155 en Cataluña
El presidente de Ciudadanos propone al jefe del Ejecutivo en funciones cuatro pactos de Estado en educación, despoblación, inmigración y seguridad
Albert Rivera está decidido a permanecer en la oposición esta legislatura, pero quiere controlar al nuevo gobierno con «lealtad» y «sentido de Estado». Por eso, lo primero que le ha ofrecido al jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez , es apoyar a los socialistas para que inicien el requerimiento previo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
El presidente de Ciudadanos (Cs), al contrario que su homólogo en el PP, no ha levantado el pie del acelerador tras las elecciones y ha mantenido su discurso poniendo el foco en el asunto catalán. Aunque, según ha subrayado, el presidente del Gobierno no es partidario de poner en marcha ahora el artículo 155, Rivera ha defendido la necesidad de volver a emplear este precepto constitucional para garantizar el imperio de la ley en la comunidad autónoma que preside Quim Torra .
Según el líder liberal, los cortes de carreteras protagonizados por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), el «sometimiento» de los Mossos d'Esquadra a la voluntad del independentismo, «las manipulaciones» de la televisión pública catalana o el adoctrinamiento y presencia de lazos amarillos y «esteladas» en las escuelas ya son motivos suficientes para requerir a Torra.
«Por el bien de España, Sánchez puede contar con los escaños de Ciudadanos», ha clamado Rivera, aunque lo cierto es que sus senadores son innecesarios para la aplicación del artículo 155. La formación liberal solo consiguió cuatro escaños en el Senado el pasado 28 de abril -a los que hay que añadir los de designación autonómica-, por los 121 del PSOE , que tras los comicios se hizo con la mayoría absoluta en la Cámara Alta, que es la que tiene que aprobar la vigencia del 155, previa petición gubernamental.
Es decir, si el PSOE estimase oportuno aplicar el 155 y, como parece claro, reedita ejecutivo, bastaría con que Sánchez iniciase el mecanismo para que el uso del 155 se hiciese efectivo -al ostentar los socialistas la mayoría absoluta del Senado-. Es lo mismo que sucedía la anterior legislatura con el Gobierno de Mariano Rajoy , en la que era el PP el que tenía mayoría absoluta en la Cámara Alta, pero los populares se apoyaron en socialistas y liberales para cargar de legitimidad el empleo de esta medida constitucional.
Oposición «firme, pero leal»
Rivera, que ha repetido que la suya será una oposición «firme, pero también leal y con sentido de Estado», ha tendido también la mano a Sánchez en cuatro grandes asuntos que a su juicio trascienden de los intereses partidistas. Se trata de la educación , la despoblación , la inmigración y la seguridad y lucha contra el terrorismo .
En materia educativa, ha censurado que el PSOE se «levantase» del pacto de Estado que ya se intentó fraguar esta última legislatura y le ha invitado a «recuperarlo». También ha reiterado su compromiso con «la España vaciada» y ha hecho hincapié en la inmigración. En este último tema, Rivera quiere situarse en el centro del tablero político proponiendo agilizar la inmigración regular de «personas que vienen a trabajar», a la par que ha hecho un llamamiento a «luchar contra las mafias» que se lucran del tráfico de migrantes que llegan a Europa en situación irregular.
La oposición al PSOE, a «este PSOE», no se enmarcará únicamente en el ámbito territorial, sino en el económico. En este terreno, Rivera cree que los socialistas harán de Podemos su muleta y «maltratarán» a impuestos a los españoles , con las ya anunciadas subidas de IRPF y diésel, o el mantenimiento del Impuesto de Sucesiones, que Cs proponía eliminar en toda España en su programa electoral.
El encuentro entre Sánchez y Rivera, más corto que el que mantuvo el presidente del Gobierno ayer con Casado, apenas se ha extendido cincuenta minutos. El secretario general del PSOE ha recibido al presidente de Cs con formalidad, pero ha habido poco intercambio de palabras ante los medios, antes de conversar a puerta cerrada. Pese a que Rivera se erige como «líder de la oposición», Sánchez no le ha reservado un día para él en exclusiva -esta tarde se reúne con Pablo Iglesias- y tampoco le ha cedido la sala de prensa donde comparece el Gobierno tras los Consejos de Ministros.
Comunicación permanente sobre Cataluña
Desde la Moncloa, eso sí, destacan que la reunión ha sido «fluida y cordial» y ponen en valor que, al igual que el encuentro de ayer con el líder del PP , ha contribuido a «normalizar las relaciones institucionales y el diálogo político». Como ayer con Casado, también inciden fuentes gubernamentales en que Sánchez y Rivera han constatado la necesidad de mantener una «comunicación permanente» sobre Cataluña, y añaden a los temas enunciados por el presidente de Cs la transición ecológica .
«Yo no mido el tamaño de las salas. No sería un líder político del nivel de este país si me dedicara a comentar el tamaño de las salas», ha contestado Rivera interpelado por este simbolismo, aunque no ha desperdiciado la rueda de prensa que ha ofrecido en la sala «briefing» del Palacio de la Moncloa para lanzar algún dardo a Casado, que ayer pidió a los liberales que facilitasen una investidura de Sánchez con una abstención que él no está dispuesto a ofrecer.
«Bastante tiene el señor Casado con lo que tiene para meterle el dedo en el ojo. Lo que dijo Casado habla por sí mismo. No me voy a aprovechar de esas declaraciones. Mi objetivo es controlar a Sánchez en la oposición», ha despachado Rivera.
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