La crisis de Argelia alarma a la UE y pide a España que lo resuelva
La Moncloa admite ahora que su giro sobre el Sahara causó la crisis de Argelia, 24 horas después de que Sánchez presumiera del balance «positivo» de las relaciones con Marruecos
Argelia eleva el tono con España y rompe la base de sus relaciones
De «socio fiable» a «relación extraordinaria»: lo que decían Sánchez y Albares sobre Argelia antes del desencuentro
A pesar de los intentos del Ministerio de Asuntos Exteriores por minimizar los efectos de la crisis con Argelia, la Unión Europea dimensionó la importancia de la escalada de tensión al calificarla de «extremadamente preocupante» . Al ser preguntado esta mañana por las consecuencias que sufrirá España tras la decisión de la Asociación de Bancos y Entidades Financieras de Argel (Abef) de congelar todas las domiciliciaciones bancarias obtenidas del comercio español , el ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares, repitió estas mismas tres ideas en bucle: «Daremos una respuesta serena, constructiva y en defensa de España y la Unión Europea». Albares reaccionó a esta medida —que la Abef ordenó que entrase en vigor hoy y se aplicase de manera estricta– tras inaugurar el seminario para periodistas sobre la cumbre de la OTAN en el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde explicó que estaban «analizando las implicaciones» de esta prohibición y repitió lo que ya había declarado ayer por la noche: «Nuestro deseo es el de tener las mejores relaciones con Argelia» . Reiteró también «la adhesión de España a todo el contenido y principios que se recogen en el Tratado de Amistad».
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La principal preocupación de que se eleve la tensión entre España y Argelia es el suministro del gas , aunque Albares insistió en que continúa sin estar comprometido y apeló a la «discreción» para no concretar si ha habido contacto entre las autoridades españolas y argelinas. Cuando abandonó el corrillo de periodistas, el Gobierno filtró que España estudia denunciar a Argelia ante la Unión Europea y, efectivamente, en el Ministerio confirmaron que es una de las posibilidades que se barajan.
Que Argelia recapacite
En Bruselas, la portavoz oficial del Ejecutivo comunitario para Asuntos Exteriores, Nabila Massrali, pidió a las autoridades argelinas que «reconsideren su decisión». Massrali recordó que «Argelia es un importante socio de la UE en el Mediterráneo y un actor clave en la estabilidad regional»: «Por el momento, lo que estamos haciendo es evaluar el impacto de la decisión y hay que encontrar soluciones a través del diálogo y los canales diplomáticos». Aún así, por ahora insistió – según informó el corresponsal de ABC en Bruselas, Enrique Serbeto – en que el entendimiento debe hacerse «entre los dos países», es decir, sin la intervención directa de la Comisión Europea pese a que la decisión argelina contraviene el acuerdo de Asociación entre la UE y Argelia. Sobre este aspecto, las consecuencias económicas para la UE de la prohibición de Abef y para reforzar frente a Argelia el mensaje de que España tiene el respaldo de los países europeos, Albares se desplazará mañana a Bruselas para entrevistarse con el vicepresidente de la Comisión y comisario responsable de política comercial de la UE, Valdis Dombrovskis .
«¿Se ha planteado dimitir?» El ministro Albares llegó ayer al corrillo de periodistas con una frase bien aprendida: «respuesta serena, constructiva y en defensa de España y la UE». No se salió del guion, ni siquiera para responder a una pregunta sobre su futuro
Pese a negarlo hasta el último momento, el Gobierno de Pedro Sánchez tuvo que admitir, aun a regañadientes, el vínculo directo entre su giro copernicano con Rabat y la crisis abierta con Argelia . Lo hizo, eso sí, a su manera, después de que las autoridades de ese país rompiesen, primero, el Tratado de Amistad con España y más tarde anunciasen el cese de las operaciones comerciales con nuestro país. Dos evidencias demasiado palmarias para sostener el discurso que incluso el miércoles repitió el jefe del Ejecutivo, durante su comparecencia parlamentaria para explicar el volantazo sobre el conflicto del Sahara, o las «nuevas relaciones con Marruecos» en el lenguaje de La Moncoa.
Ahora, en un cambio radical de discurso, forzado por los acontecimientos, los representantes gubernamentales piden a los argelinos poner fin a una respuesta «desproporcionada» , expresión que utilizó la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera , ante el camino de entendimiento abierto con el reino de Mohamed VI, que pasa por aceptar el plan de la dictadura alauí para el Sahara, renunciando al derecho de autodeterminación para la antigua colonia española. Pese a todo, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares , que abogó de manera insistente por una respuesta «serena y constructiva» en defensa de los intereses españoles, negó que la reacción argelina vaya a afectar al suministro energético. El mismo mensaje de tranquilidad lanzó Ribera, titular de la cartera de Transición Ecológica, quien aseveró que «las empresas que contratan gas procedente de Argelia están operando con normalidad y mantenemos con ellas una comunicación fluida, y el suministro de gas se está prestando con total normalidad».
Una acción de «paz»
Aprovechando la coyuntura internacional con la guerra en Ucrania abierta en canal, el mensaje del Gobierno para explicar su cambio de 180 grados sobre Marruecos habla de «paz» y de una solución para el Sahara en la que, insisten los distintos ministros y portavoces, están implicadas las Naciones Unidas. Sánchez incluso recordó en su discurso del miércoles ante el Hemiciclo que el Frente Polisario rompió el año pasado el alto el fuego con Marruecos y que por tanto estamos ante una situación bélica que urge resolver. Y por ese afán ‘pacificador’ serían aún más injustas las represalias comerciales que ya se han comenzado a tomar, de manera inédita, desde Argelia.
Para completar este relato, el principal brazo político del Gobierno, el PSOE, no dudó en arremeter contra Alberto Núñez Feijóo , quien en una declaración pública instó a los gobernantes argelinos a que no repercutieran en los españoles las «improvisaciones» en política exterior, dijo, de Sánchez. Unas palabras que le merecieron el calificativo de «incendiario» por parte del portavoz parlamentario socialista, Héctor Gómez, para quien Feijóo demostró que carece de «cualquier tipo de sentido de Estado».
Como siempre que se trata del giro sobre Marruecos y sus consecuencias, el Gobierno se quedó solo. No le respalda la oposición ( Vox pidió incluso el adelanto electoral por este motivo), pero tampoco sus socios, que se cargan de razón tras sus críticas a lo que consideran una traición a la causa saharui.