Una agenda de 2012, la baza que jugará Cifuentes para acreditar que hizo el máster
Su defensa se aferra a una anotación inédita con la fecha en que según el acta falseada, defendió el TFM
La defensa de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes aportó este lunes, al inicio de la vista oral por falsedad documental en relación al acta del máster de la Universidad Rey Juan Carlos en el que estuvo matriculada en el curso 2011/2012, una prueba que no había aparecido durante la instrucción y que busca acreditar que, por lo que a ella respecta, no hubo falsedad alguna: se sometió al examen del trabajo de fin de máster en la fecha que dice el acta objeto del procedimiento.
Se trata de un pendrive con la copia de seguridad de la que era su agenda en el año 2012, cuando fue elegida por el Ejecutivo de Mariano Rajoy para encabezar la Delegación del Gobierno en la capital. Con el dispositivo se acompaña un análisis pericial de parte para acreditar su autenticidad y la ausencia de manipulaciones . La defensa que lleva el Bufete Choclán ha ofrecido que el perito preste declaración.
El informe, al que tuvo acceso este diario, expone que el pendrive venía siendo «custodiado» por Cristina Abad , secretaria de Cifuentes tanto en la Delegación del Gobierno como luego en la Presidencia de la Comunidad de Madrid y es fruto de la copia de seguridad que se hizo cuando la ahora acusada, pasó de un puesto a otro. Señala que Abad se lo entregó a Cifuentes en «abril o mayo» de 2018, es decir, en las fechas en que ella dimitió de su última responsabilidad política.
Según concluye, contiene un archivo creado y administrado con la aplicación Outlook denominado «Cristina Cifuentes.pst» que almacena tanto los correos electrónicos institucionales como la agenda de actividades y los contactos de la expresidenta regional y ahí, en el calendario, figura «un registro que fue creado el día 01/07/2012 a las 11:41:21 horas».
La cita dice: «Máster URJC», se programa para el día 2 de julio y «reserva el espacio temporal comprendido desde las 13:45:00 hasta las 16:45:00 horas», como se puede apreciar en la imagen que ilustra esta información, editada por razones de protección de datos. El perito concluye que «dicho registro no ha sido manipulado y conserva su autenticidad e integridad desde su creación».
Un acta elaborada al dictado del catedrático
De este modo, Cifuentes intenta acreditar que efectivamente, aquel 2 de julio de 2012 compareció ante un tribunal para someter a examen su trabajo de fin de máster . La cuestión es que la profesora que levantó el acta de aquella sesión, Cecilia Rosado, declaró este lunes que confeccionó el documento bajo presiones de su jefe, el difunto catedrático Enrique Álvarez Conde, y al dictado: le dijo el nombre del trabajo, la calificación final y sobre todo, la fecha que debía hacer constar: el 2 de julio.
Esas instrucciones, según esa declaración, pasaban también por especificar qué profesoras integraron aquel tribunal , Alicia Pérez de los Mozos, Clara Souto y ella misma. En espera de que las otras dos docentes expongan como testigos su versión en el juicio, Rosado ya ha declarado que, con la dificultad que supone remontarse tantos años atrás, lo más probable es que aquella tarde estuviese «en casa» preparando una ponencia que debía dar en un curso de verano. No estaba, desde luego, integrando ese tribunal.
No obstante, reconoció igualmente que no hizo ninguna indagación para saber si se había reunido tribunal alguno , si se había celebrado una defensa del trabajo de fin de máster ni si este realmente se había presentado. Sólo dijo que por boca de Álvarez Conde supo el mismo día del escándalo que ese trabajo no iba a aparecer: «Mi recuerdo es que ese trabajo no existe».
El principal nexo de Cifuentes con el escándalo es la profesora de la Rey Juan Carlos que en aquella época era asesora de la Consejería de Educación del gabinete madrileño, Maite Feito, pues la Fiscalía presume que intermedió por inducción de la primera para aplacar la crisis. Rosado señaló que la había presionado y en el sumario consta que entre llamadas y SMS, ese día la contactó una veintena de veces.
Además de negar presión alguna o haber recibido instrucciones para obrar en favor de Cifuentes, cabe destacar que durante su declaración, Feito abrió la puerta a que toda la responsabilidad sea del difunto , a quien no dejó en buen lugar como gestor. «A una compañera le perdió la tesis» o «apuntaba los nombres en servilletas de papel» fueron algunas de las pinceladas que dejó por el camino.
El certificado académico expedido en 2018
Cifuentes, desde que eldiario.es destapó las irregularidades en marzo de 2018, ha venido dando por perdida su copia del TFM en alguna mudanza, pero esgrimiendo que existió, igual que su máster y fue aprobado limpiamente.
Además del pendrive con informe pericial -firmado, por cierto, por Emilio Hellín , condenado a 43 años de prisión en 1982 por el asesinato de la estudiante Yolanda González en su calidad de miembro de Fuerza Nueva-, la defensa ha aportado otro documento.
Se trata de un certificado académico expedido por la Universidad Rey Juan Carlos el 3 de abril de 2018 en el que constan aprobadas todas las asignaturas del master en Derecho Público del Estado Autonómico con un trabajo final que recibió una calificación de siete y medio, un notable.
La propia Cifuentes tendrá la oportunidad de explicar la relevancia que concede a ambas pruebas el próximo viernes, cuando está previsto que declare ante la Sección 15 de la Audiencia Provincial, si se aviene a contestar al interrogatorio. Fiscalía pide para ella tres años y tres meses de prisión por la falsedad de aquel acta, en su presunta condición de inductora.
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