ERC acepta la desobediencia de Torrent para evitar romper el gobierno catalán
Reproches políticos y personales entre JpC y ERC que dejan a Torra al borde del colapso
La coalición parlamentaria que da apoyo al gobierno catalán, formada por Junts per Catalunya (JpC) y ERC, entró ayer en una nueva fase, previa al colapso total. A lo largo del día, la tensión entre ambas formaciones fue tal que la palabra ruptura y, por lo tanto, adelanto electoral planeó por los pasillos del Parlamento de Cataluña. «Estamos peor que nunca», resumió la relación una fuente de la dirección de ERC , que acusó a JpC de haber roto un acuerdo por el que aplicar el auto del Tribunal Supremo de julio, que suspende de todos sus derechos a los seis diputados acusados de rebelión (cuatro de JpC y dos de ERC).
La negativa de JpC de explicitar que sus diputados están suspendidos o que, por lo menos, deben designar a unos sustitutos para que puedan ejercer el voto -tal y como ha hecho ERC, y que supone la pérdida del sueldo , la imposibilidad de iniciativas parlamentarias y la de presentarse como candidato a la Generalitat- fue la gota que hizo poner pie en pared a los de Oriol Junqueras.
Sin embargo, estos no aguantaron la presión. Las acusaciones de querer «romper» el gobierno de JpC a ERC, durante las reuniones en los despachos de Quim Torra y Pere Aragonès entre las cúpulas de los dos grupos, pudo con los segundos. Una vez más el nacionalismo conservador volvió a imponerse en su pugna con el republicanismo independentista. A media tarde, ERC aceptó un texto de JpC que ratifica el voto delegado de sus cuatro diputados y niega su suspensión, contraviniendo el auto de Llarena , tal y como lo interpretaron los letrados y advirtieron en las reuniones de la Mesa y la Junta de Portavoces, en las que, según fuentes parlamentarias consultadas por ABC, se vivieron discusiones subidas de tono entre Josep Costa (JpC), vicepresidente de la Cámara catalana, y Joan Ridao, letrado mayor y exdirigente de ERC.
Así, los de Carles Puigdemont, que sigue pilotando la nave de JpC y la política del gobierno catalán desde Bruselas (Bélgica), y con Twitter como única herramienta de trabajo, dejan muy tocado a Roger Torrent (ERC), presidente del Parlamento autonómico, que asume la desobediencia. Y lo hace por los diputados de JpC. «Venían a por Torrent», admitió otro miembro de la dirección de ERC , que añadió: «Solo quieren desgastarle». En ERC reconocen que desde hoy la situación jurídica del presidente del Parlamento catalán es muy complicada y con difícil defensa ante los tribunales. Torrent, junto a Aragonès, es el principal valor electoral de ERC. «Los de JpC lo quieren inhabilitado», añaden desde su partido , que no escatiman esfuerzos en señalar como responsable de la presión sobre Torrent a Puigdemont -liberando de esta responsabilidad a Jordi Turull y Josep Rull-, ya que fue el presidente parlamentario quien impidió que el de JpC fuera reelegido presidente autonómico al acatar la resolución del Tribunal Constitucional del 30 de enero que prohibía la votación de investidura.
Pese las discrepancias en privado, Sergi Sabrià (ERC) y Eduard Pujol (JpC) escenificaron en una rueda de prensa lo que definieron como «acuerdo político» para aplicar su propio acuerdo, votado en el pleno con los comunes, que ayer acusaron a JpC y ERC de «sectarismo» y de poner en riesgo «la seguridad jurídica» del Parlamento catalán. El berenjenal parlamentario es de tal calibre que afecta directamente al gobierno catalán. Para JpC, «la estabilidad del gobierno está garantizada»; en ERC esperan «aguantar, al menos tres semanas». Torra, el único que tiene la potestad de convocar elecciones, no puede hacerlo hasta el 27 de octubre, cuando se cumple un año de la última convocatoria.
Por si esto no fuera suficiente y pese al acuerdo entre JpC y ERC, alrededor de las 20.30 horas -más de ocho horas después de su convocatoria-Torrent suspendió la tercera jornada del debate de Política General que es solo para votar las propuestas de resolución de los distintos grupos y, por lo tanto, la escenificación de que los diputados suspendidos pueden votar.
Durante todo el día de ayer, el mensaje que filtró ERC a los medios fue muy claro: «No dejaremos caer a Torrent». Mientras que desde JpC mantuvieron el pulso: «Nuestros diputados no están suspendidos y votarán por delegación». Desde ayer, Torrent tiene un problema por defender a JpC.
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