La acción exterior de Sánchez: cita a la mujer más que a las amenazas
La defensa de los intereses nacionales queda orillada en estrategia 2021-2024
El pasado 28 de enero el Consejo de Ministros aprobó la 'Estrategia de Acción Exterior 2021-2024'. Un documento de 115 páginas que fija las prioridades hasta el final de la legislatura. Sin embargo, el extenso documento coloca en segundo plano los hasta ahora los ejes principales de la acción exterior, la defensa de los intereses nacionales y su estrategia frente a las amenazas. En cambio, el feminismo recibe un papel preponderante . Así, el documento recoge un total de 21 citas a la mujer y 10 más al feminismo, frente a las 19 veces que refiere a amenazas o problemas existentes, las 15 en las que alude a la internacionalización, las 17 en las que menciona los intereses nacionales o las 13 en las que habla de las exportaciones.
El cambio de rumbo y prioridades queda aún más en evidencia si se compara el documento de Arancha González Laya con el del exministro José Manuel García-Margallo en 2014. Aquel texto era más amplio, 144 páginas, y no dejaba fuera de la política exterior a la mujer, que sumaba 25 citas, pero las prioridades claras eran la defensa de los intereses nacionales y la estrategia frente a las amenazas. Así, aludía 35 veces a la internacionalización, se refería en 58 ocasiones a las amenazas o problemas existentes, y en 60 a los intereses nacionales. Las exportaciones se ponían sobre la mesa 19 veces.
Sánchez avaló este giro al presentar la 'Guía de Política Exterior Feminista' el pasado mes de marzo. Un texto para «transversalizar el enfoque de género en todas las áreas de la política exterior», dijo. Ante el Congreso, Laya añadió que la agenda feminista es «un eje prioritario para reposicionar a España a nivel internacional ».
El resultado de esta apuesta por una diplomacia más centrada en la mujer que en la defensa de los intereses nacionales y la estrategia frente a las amenazas ha quedado en evidencia durante la pasada crisis de Ceuta, pero también se aprecia en la insistencia de Londres -donde González Laya sigue sin nombrar embajador- en colocar a España como destino de riesgo por el Covid-19 o en el vacío diplomático que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden , regala a Pedro Sánchez. Pero, además, encierra un grave problema de coherencia y credibilidad que denuncian tanto el PP como algunos aliados del PSOE en el Congreso: ¿qué supone esta política exterior feminista para las relaciones bilaterales con los países o zonas que violan los derechos de las mujeres como Irán, Arabia Saudí o Turquía, el Magreb o el Sahel?.
Para la portavoz del Exteriores del PP, Valentina Martínez Ferro, Laya debe aclarar si su política será una «línea roja» en la diplomacia con terceros países. No en vano, las herramientas existentes, como el uso de los acuerdos comerciales para favorecer la suscripción de los acuerdos internacionales de protección de las mujeres, ya se venían practicando.
Grandes incógnitas
Además advierte de que «no se puede plantear el feminismo como solución a los problemas reales de la política exterior española. No sirve para dar respuesta a nuestras necesidades . ¿Para qué ha servido en la crisis de Ceuta? La agenda feminista debe ser una herramienta de la política exterior, pero no la solución».
La diputada de Cs Carmen Martínez Granados pide coherencia: «No se puede mirar hacia otro lado cuando se asesina a defensoras del medio ambiente en América Latina, cuando se acosa a periodistas en Bielorrusia o cuando se detiene de forma arbitraria a mujeres que deciden decir basta y quitarse el velo que simboliza su opresión en Irán o en Arabia Saudí».
Marta Rosique (ERC), se pregunta si los socialistas «se proponen impulsar cláusulas feministas en los acuerdos comerciales, si esto va a afectar en el sentido de ser coherente en la exportación de armamento, o si van a paralizar la firma de tratados». El Gobierno prefiere no concretar.
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