Villarejo alienta las conspiraciones e insinúa que el 11-M se cerró «en falso»

El comisario está investigado por liderar una supuesta trama de coacciones y busca defenderse

El comisario Villarejo, en una imagen de archivo EFE | Vídeo: Atlas

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Sin detalles ni concreciones, el comisario encarcelado José Villarejo ha insinuado este lunes a través de su abogado que el caso judicial del 11-M «se cerró en falso», en una alusión implícita a los atentados yihadistas del 11 de marzo de de 2004 en Madrid, que la Audiencia Nacional atribuyó a una célula islamista. El letrado del policía jubilado ha manifestado a los medios de comunicación que Villarejo quiere aportar información sobre este acto terrorista y los encargos que recibió de los gobiernos como un supuesto «agente encubierto» del Estado. La Fiscalía no da credibilidad a sus versiones y considera que el comisario dirigió una trama incrustada en la cúpula policial para enriquecerse con encargos ilegales.

«Ha mostrado su disposición a contar determinados hechos relativo a este luctuoso suceso, que se judicializó después, en cuanto que él cree que se cerró en falso», ha asegurado el abogado Antonio José García Cabrera , a preguntas de los periodistas, que le han cuestionado por la relación del caso que afecta al BBVA que él vinculó con un suceso «luctuoso». Sin nombrarlo de forma explícita, el letrado ha dado a entender que el asunto sobre el que Villarejo quiere expresar todo lo que sabe es el caso del 11-M.

Según el abogado, el BBVA sería «un actor ocasional que nada tiene que ver» en el asunto relativo a los atentados, a pesar de que se investiga una supuesta operación de espionaje por el posible asalto a la cúpula del banco. «Es muy posible que desconociera la transcendencia económica, internacional y política de esa operación». Aun así, el abogado ha dado entender que el asunto relativo al banco sería una rama colateral de la operación que se puso en marcha desde el Estado por los atentados yihadistas del 2004.

Según el abogado, el encargo recibido es «posterior» al cambio de Gobierno que se produjo en marzo de 2004, cuando el socialista José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones y reveló al popular José María Aznar . El letrado de Villarejo ha explicado que el comisario no ha podido expresarse sobre estos asuntos en su cita de este lunes ante el juez, porque la información está todavía protegida por la ley de secretos oficiales, y que pretende que el Consejo de Ministros la desclasifique. Pero ha dejado claro que el comisario quiere hablar. «Se va a defender de la única manera que puede hacerlo: explicando su implicación» en todos las supuestas misiones que se le encargaron, ha manifestado el abogado.«

«Agente» del BBVA

Antes de la declaración de Villarejo, el abogado insistió en una de las tesis defensivas principales del policía encarcelado, que Villarejo fue «una parte de la estructura del Estado» y que el comisario actuó como «un agente encubierto» en las misiones que le encargaron los diferentes gobiernos, incluido en el caso que afecta al BBVA, en el que se investiga una operación en 2004 para frenar el asalto a su cúpula.

«Su intervención siempre ha sido cumplir las misiones que se le encargaron como agente encubierto para la seguridad nacional, para la seguridad del Estado», ha asegurado el letrado Antonio José García Cabrera , que ha expresado que la intención de Villarejo es explicar su participación en «el interés general de todos». «No es la figura que se ha intentado demonizar como el enemigo público número 1 del Estado». Villarejo ya declaró el pasado jueves por la llamada operación Kitchen , una pieza del caso que investiga una maniobra del Ministerio del Interior para sustraer documentos a Bárcenas entre los años 2013 y 2015.

Esta tesis choca de frente con las sospechas que manejan la Fiscalía Anticorrupción y el juez instructor, Manuel García Castellón , que consideran a Villarejo el responsable de un entramado incrustado en la cúpula policial que aprovechó la información y los contactos a los que tenían acceso para enriquecerse de forma ilegal, a través de encargos y coacciones para clientes de todas las esferas del poder. Villarejo se encuentra encarcelado de forma preventiva desde noviembre de 2017 para que no se fugue y destruya pruebas, mientras la Justicia trata de desencriptar el extenso archivo digital del comisario, que grabó durante años todas sus conversaciones con sus interlocutores, incluidos sus personas más cercanas.

El abogado de Villarejo busca combatir las tesis de los investigadores y contrarrestar las informaciones, basadas en los indicios que constan en la causa, que le sitúan como ese presunto líder de una trama criminal, en lo que se ha llegado a denominar «las cloacas del Estado». «No podemos permitir que se haga una investigación selectiva, sacando solo lo que perjudica a Villarejo. Si se saca, que se saque todo, que se explique todo y se verá como toda intervención fue por encima de cualquier interés económico».

En su anterior declaración, Villarejo señaló a sus superiores y atribuyó al antiguo número dos de la Policía Eugenio Pino la orden para poner en marcha el espionaje a Bárcenas, a quien supuestamente le robaron documentos relevantes en las investigaciones sobre la contabilidad opaca del Partido Popular, en una maniobra sufragada con fondos reservados. El Ministerio del Interior ha admitido que esta operación existió; sus antiguos responsables lo niegan pero rinden cuentas ante la Justicia, que investiga el caso.

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