Ábalos retiene el acta de diputado en pleno «Delcygate»

El PSOE mantiene en el Congreso a sus ministros de perfil más «político»

El ministro Ábalos, ovacionado este miércoles por la bancada socialista Jaime García
Juan Casillas Bayo

Juan Casillas Bayo

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La dinámica del Gobierno ha cambiado. La coalición hace al PSOE recelar de la estrategia adoptada después de la moción de censura contra Mariano Rajoy, y ahora cuatro socialistas del Ejecutivo mantendrán el acta de diputado . Uno de ellos es el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos , que en plena tormenta por el «Delcygate» se aferra al escaño. Su frase - «Yo vine para quedarme y no me echa nadie» - cobró más peso que nunca en la sesión de control del miércoles, en la que se defendió con grandes dosis de sorna de las continuas preguntas de la oposición.

Cánticos de dimisión resonaron por el hemiciclo del Congreso de los Diputados , pero el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , salió en defensa de su ministro y defendió nuevamente, como hizo en su enésima versión el titular de Transportes, que con su intervención en el aeropuerto de Barajas había evitado una «crisis diplomática». Esa «intervención», de madrugada, en un avión primero y después en una sala reservada, no fue otra cosa que un encuentro con la vicepresidenta chavista de Venezuela, Delcy Rodríguez . Sobre ella pesan sanciones de la Unión Europea que le impiden pisar suelo comunitario por violar los derechos humanos en su país.

La Eurocámara investiga ya el «affaire» para determinar si, efectivamente, Rodríguez pisó suelo español en su llegada a Madrid. La vicepresidenta fue acompañada de una terminal a otra, y diputados de la oposición se preguntaban esta semana, de forma irónica, si la número dos de Nicolás Maduro «vuela» para evitar el contacto con tierra nacional.

El factor de la coalición

Ábalos, eso sí, no es el único socialista en el Gobierno de coalición que mantendrá el acta de diputado. Los ministros de Unidas Podemos compaginarán su asiento en el Consejo de Ministros con su labor parlamentaria; un factor que ha podido pesar en la decisión de los ministros del PSOE.

Después de la moción de censura a Rajoy, los ministros socialistas optaron por renunciar a su asiento en la Cámara Baja por lo ajustado de su mayoría. PSOE y Unidos Podemos sumaban 166 diputados y hoy su alianza es más exigua: 155 parlamentarios. No obstante, el PSOE ha decidido mantener a sus perfiles más políticos en el hemiciclo para contrarrestar la estrategia de su socio de Gobierno.

Con una mayoría tan apretada -los partidos del Ejecutivo necesitan otros veintiún diputados para alcanzar la mayoría absoluta -, tiene sentido que los ministros abandonen sus actas. Así, si sus compromisos ministeriales son inaplazables, las votaciones en el Congreso no se verán afectadas: al dejar el acta, corren listas y otros diputados ocupan su escaño.

El PSOE ha decidido mantener en la Cámara Baja a cuatro miembros del Gobierno: el presidente, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, Carmen Calvo ; la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero ; y el ya mencionado titular de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. Son los socialistas con más perfil político en el Ejecutivo al formar parte de la ampliada permanente de la Comisión Ejecutiva del su partido. Con ello, empatan los ministros diputados del PSOE, cuatro contando a Sánchez, con los de Unidas Podemos, otros cuatro.

Pablo Iglesias , Irene Montero , Alberto Garzón y Yolanda Díaz deberán acudir a votar tras cada sesión plenaria, al igual que Sánchez, Calvo, Montero y Ábalos. Los otros ocho ministros socialistas con escaño sí renunciarán a su acta para liberarse y priorizar su labor como miembros del Gobierno. Son Teresa Ribera, Reyes Maroto, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Juan Carlos Campo, Isabel Celaá, Luis Planas y Pedro Duque.

Distintos motivos

Los motivos de Unidas Podemos para que sus ministros conserven el acta difieren. Y es que al ser Sánchez quien nombra y cesa a los ministros, si en una hipotética crisis de Gobierno se rompiese la coalición y los dirigentes morados hubiesen cedido su escaño, podría suceder que Iglesias y compañía pasasen de la noche a la mañana de estar en el Gobierno a desaparecer de la primera línea política. En cualquier caso, la amenaza de Ábalos adquiere forma. Vino para quedarse, dijo, y de momento se queda.

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