Ábalos receta a Iglesias humildad y realismo tras los resultados del 26-M
El PSOE insiste en que Podemos es su socio preferente pero pide un Gobierno en solitario
Si las elecciones del 26 de mayo iban a ser un examen para calibrar los argumentos y la relación de fuerzas de PSOE y Podemos de cara a un Gobierno de coalición, el resultado es que es menos probable que hace uno días que Pablo Iglesias se siente en el Consejo de Ministros de Pedro Sánchez.
Sin embargo, sabedor de que su acercamiento a Ciudadanos no se producirá en el Congreso de los Diputados, en el PSOE insistieron ayer en considerar a Pablo Iglesias como «socio preferente» para alcanzar «acuerdos programáticos o de Gobierno», pero «sin dar por supuesto nada». El hombe fuerte del PSOE manifestó, sin embargo, que la intención es formar «un Gobierno socialista». Es decir, sin presencia de Podemos en el Ejecutivo.
Y pese al gesto de seguir considerándolos su principal socio, Ábalos recomendó a Iglesias que tome nota de los resultados del domingo. Los socialistas interpretan que Podemos ha perdido mucho poder para poder negociar. Podemos solo va a poder condicionar y apoyar al PSOE en los gobiernos de La Rioja, Asturias, Baleares y quizás Canarias. Ciudadanos en cambio puede ser importante en regiones con más peso político y en una decena de capitales de provincia. Por ello Ábalos aseveró que tras los resultados del 26 de mayo y el 28 de abril «debemos entender la decisión de los ciudadanos, ser humildes, realistas y saber donde nos han puesto» .
La debacle que vivió Podemos el superdomingo perjudica la negociación ambiciosa que la formación quería presentarle a Sánchez, pero aun así el secretario general de Podemos no descarta su entrada. «Nuestros 3,7 millones de votos pueden ayudar a que España tenga un gobierno histórico de coalición», justificó ayer, durante una breve rueda de prensa en la sede de la formación, para valorar el escalabro. Pero Iglesias es muy consciente de su debilidad en todo el territorio nacional.
Este domingo Unidas Podemos perdió representación en todas regiones (hasta 70 escaños) y un millón de votos con respecto a los anteriores comicios del 28-A. «A la hora de negociar un gobierno con el PSOE no vamos a poder pedir muchos elementos que pediríamos si tuviéramos más peso electoral», admitió después. Reconoce que el partido tendrá que disminuir sus imposiciones en las mesas de negociación que ambas formaciones ya tienen en marcha. Un gobierno «en la proporción modesta» que le corresponde, ni más ni menos, es lo que buscarán a partir de ahora a todos los niveles.
Mayorías complejas
Lo que parece claro es que el mapa electoral que deja el 26 de mayo no ha resuelto la gobernabilidad para Pedro Sánchez. Al contrario, porque muchos de los pactos pendientes van atener doble lectura.
Para empezar, si el Gobierno no es en coalición con Podemos partirá de una base de 123 diputados en lugar de 165. A partir de ahí se cuenta con el PNV y Compromis y poco más. Los dos diputados de Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados son claves para que Pedro Sánchez llegue a 175 diputados en las votaciones. Y se da la circunstancia de que en el archipiélago canario los socialistas podrían desalojar del poder a la formación regionalista. Pero ayer Ábalos no se atrevió a descartar ninguna opción, incluyendo que pueda haber un acuerdo con esa formación. Indisponerse con la formación canaria complicaría la mayoría de Pedro Sánchez una vez que el acercamiento a Ciudadanos tiene otra cara de la moneda: el distanciamiento de ERC y EH Bildu.
José Luis Ábalos dirigirá un comité de seguimiento de pactos integrado por Santos Cerdán, Patxi López y Susana Sumelzo. Será el órgano que reciba las propuestas de las federaciones. Y será el que en última instancia las aceptará. Y a ese respecto los socialistas tienen dos temas espinosos encima de la mesa. En Navarra su candidata María Chivite quiere liderar un Gobierno frente a Navarra Suma, coalición de UPN, PP y Cs que ganó las elecciones. Pero necesita algún tipo de apoyo de Bildu para lograrlo. Ábalos señaló que Ferraz «siempre apoya a sus compañeros en sus expectativas de Gobernar», pero dejó claro que «no podemos participar de un Gobierno en el que esté Bildu» y asegurando que «eso es lo que se le ha trasladado». No obstante, fue menos tajante cuando se le planteó la posibilidad de que el acuerdo fuese entre PSN, Geroa Bai, Podemos y con la abstención de Bildu.
En Barcelona los socialistas no renuncian a una operación que lleve a Jaume Collboni a la Alcaldía de la Ciudad Condal pese a ser tercera fuerza. Se descuenta el apoyo de Manuel Valls, que opera al margen de Ciudadanos. Y a partir de ahí buscar el apoyo de Ada Colau. «Nuestra voluntad es que Barcelona no pase a manos independentistas ni condescendientes con el independentismo», aseguró el dirigente socialista.
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