800 menores llegaron a España con las falsas promesas de un futuro mejor

Es la cara más amarga, la más triste de esta crisis migratoria, la de los cientos de niños que han arriesgado sus vidas para cruzar la frontera y lo han hecho solos. Son muchos los que quieren regresar a casa, y muchos también los padres que desde marruecos los reclaman, para ellos el gobierno de Ceuta ha habilitado un teléfono para ayudar a las familias a reencontrarse.Un caos en el que surgen historias para la esperanza, como la de una mujer española que llevaba años separada de sus hijas que vivían en marruecos con su padre, las niñas han cruzado a Ceuta y ahora, por fin, ha podido reunirse con ellasPero no todos tienen la misma suerte. Entre lágrimas, Dina busca a su sobrino Mohamed. Una realidad que se repite demasiado.La mayoría de los menores continúan hacinados en naves como estas, bajo los cuidados de voluntarios y profesionales que los mantienen a salvo. Otros 250 niños han sido trasladados hasta este campamento en Piniers, pero muchos otros continúan en las calles. Durmiendo en el suelo, comiendo restos, sobreviviendo como pueden, intentando colarse en el puerto a la carrera o trepando por vallas y esquivando concertinas para tratar de coger un ferry que los lleve a ese futuro prometido, muchas veces, con engaños.-Redacción-