40 aniversario de las primeras elecciones municipales: «Anhélabamos un cambio, pero no queríamos una nueva guerra»

Los primeros alcaldes de la democracia debutaron con ilusión y desconocimiento

Un policía municipal vota en Madrid ABC

Marta Dorado del Olmo

«Los jóvenes anhelábamos un cambio, pero a la vez no queríamos una nueva guerra. Las elecciones eran una novedad. Se mezclaron un cúmulo de sensaciones jamás vividas porque en aquella época ninguno sabíamos lo que era una democracia. Tenía muchas ganas de servir al pueblo», recuerda Hermas Concepción Méndez , primera alcaldesa de Villa de Mazo (La Palma).

Esta maestra, que concurrió con la Unión de Centro Democrático (UCD) con 28 años, es una de las 104 mujeres –los otros casi ocho mil regidores eran hombres– que salieron elegidas en las urnas en aquel martes 3 de abril de 1979 . Al evocar esos años se le vienen a la cabeza anécdotas de todo tipo: «En plena campaña fuimos a pegar nuestros carteles a la calle, escogimos una pared que nos parecía muy buena. Nuestro eslogan era “vota UCD”. Resultó que debajo asomaba el de un circo que decía “famosos payasos españoles”», comenta con gracia.

Jornada particular

Se trató de un acontecimiento histórico ya que era la primera vez que los españoles votaban a sus representantes municipales desde el fin de la dictadura franquista . La jornada transcurrió en la «más absoluta normalidad», según contaba este periódico centenario entre sus páginas. Eso sí, marcada por el mal tiempo. En algunos lugares ni siquiera se pudieron abrir los colegios electorales: el de Torrelavega (Cantabria) amaneció inundado. También en las localidades asturianas de Amieva y Tarna la nieve impidió que se constituyeran las mesas debido al aislamiento en el que quedaron.

La participación alcanzó un 65 por ciento de media nacional. La abstención, informaba ABC, fue más alta que en las generales que se celebraron tan solo un mes antes , el 1 de marzo; se situó cerca del cuarenta por ciento. El fenómeno se atribuyó a un cierto cansancio del electorado que acudía a votar por tercera vez en cuatro meses : el 6 de diciembre de 1978 se había celebrado también el referéndum para ratificar la Constitución. Con su aprobación, España puso los cimientos de una democracia sólida, donde hoy imperan la libertad y el progreso.

Hermas Concepción Méndez, primera alcaldesa de Villa de Mazo (La Palma) tras la restauración de la democracia, en una imagen de entonces ABC

Alcaldes democráticos

Luis Partida tenía 32 años cuando asumió el primer bastón de mando de Villanueva de la Cañada (Madrid) en 1979 . Desde entonces, ha gobernado este municipio de manera ininterrumpida y acaba de revalidar su mandato este 26-M. «Fue un día muy especial para mí. No pensaba dedicarme a la política, creía que no tenía vocación. Como estaba afiliado a la UCD, unos amigos me animaron a presentarme y, aunque al principio dije que no lo haría porque no conocía la administración desde dentro, al final lo hice y ganamos. Me siento servidor de la ciudad y de mis ciudadanos», relata el alcalde, ahora orgulloso y satisfecho de haber tomado esa decisión.

Este informático de profesión compaginó hasta 1987 su trabajo en el Banco Santander con su función de regidor. El actual militante del Partido Popular rememora cómo ha crecido la localidad, que antes era «una aldea de 1.016 habitantes». No tenía colegios, tan solo dos escuelas unitarias, por lo que a partir de los nueve años los niños se tenían que trasladar al pueblo vecino de Brunete. Tampoco disponía de polideportivos –«se jugaba en las eras»–, de centros de salud ni de servicios sociales para personas mayores.

«Todo estaba por hacer»

En estos momentos dice el edil que tienen todo lo que añoraban: «Somos referentes en educación. Villanueva de la Cañada es armónica –no hay viviendas con más de tres alturas–, con grandes espacios libres y muchos equipamientos». «Fue muy fácil porque estaba todo por hacer», añade el alcalde.

Al igual que Partida, Ignacio Gordón lleva al frente del Ayuntamiento de Matillas, en Guadalajara, desde esas primeras elecciones locales tras el restablecimieto de la democracia y de las que este año se conmemora su cuarenta aniversario. Inició su recorrido con «desconocimiento y nerviosismo», pero con la convicción de «mejorar el pueblo y las condiciones de vida de sus habitantes».

Cuando el regidor del PP, que en aquella época era de la UCD , tomó las riendas de Matillas, las calles «no estaban asfaltadas», mientras que a día de hoy después de mucho esfuerzo sí que lo están y «hay alumbrado, saneamiento de agua, un parque y todos los elementos básicos para que la convivencia sea la adecuada», apunta Gordón, quien fue designado alcalde por el Gobernador civil en los años previos al fin del régimen franquista.

Manuel de la Rocha , abogado laboralista, vivió aquel día de elecciones con «enorme emoción». El primer alcalde de Fuenlabrada (Madrid) cuenta a este diario que eran muy jóvenes, «sin experiencia institucional ninguna , pero sí con experiencia política de lucha contra la dictadura, con compromiso y conciencia»

El edil socialista asumió su cargo con «mucho entusiasmo» y con dos misiones claras: acabar con la especulación, pues cuando llegó el PSOE al consistorio «se habían dado licencias para 64.000 viviendas sobre suelo no urbanizable», y «construir una ciudad participativa», que dejara de ser dormitorio y con autonomía suficiente para no depender de la capital.

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