Tinta invisible

Sánchez tantea propuestas para su programa electoral: todo quedará pendiente de los pactos de gobierno

Tinta invisible isabel permuy

fernando gonzález urbaneja

Las socialistas del mundo andan buscando su nuevo modelo para gestionar las economías del siglo XXI, mirando al pasado, cuando la socialdemocracia fue dominante, pero abrumados por las exigencias de la globalización y la revolución tecnológica.

Quieren conjugar al mismo tiempo crecimiento y solidaridad, iniciativa y reparto, impuestos razonables y gasto público que sostenga y amplíe el estado del bienestar. Algo así como abrazar el suelo y el techo de una estancia con pretensiones.

Pedro Sánchez critica la reforma laboral de 2012 , dice que anulará sus disposiciones, pero no concreta detalles (el coste del despido se mantiene, más negociación colectiva y menos contratos…), propone una reforma pactada del Estatuto de los Trabajadores, que es como decir todo y nada.

Aluden a otro sistema fiscal pero solo concretan que será para que los ricos paguen más y las clases medias menos. Pretenden acabar con la austeridad en el gasto público, pero sin comprometer los objetivos de estabilidad pactados en Bruselas.

Los programas para esta campaña electoral van a ser más volátiles que nunca, escritos con tinta que desparecerá cuando cambie el calendario, es decir pocos días después de las elecciones . El nuevo gobierno será de coalición, probablemente con más de dos partidos, seguramente con grupos que solo pactarán programas a corto plazo, sin implicarse en el gobierno.

De manera que de los programas electorales que conocemos estos días al programa de gobierno que dibuje el candidato en su discurso de investidura habrá el trecho de una dura y compleja negociación para sustentar el nuevo gobierno.

De manera que hasta que los electores dibujen el nuevo mapa político y parlamentario español los programas son meras declaraciones de intención o preferencia. Desde luego que es falsa la tesis de que solo una política económica sea posible, no es lo mismo que gobiernen unos u otros, pero los márgenes de maniobra son modestos, relativos , del orden del +/-20%, siendo muy generosos con el intervalo.

Cuestión aparte es la credibilidad, la confianza que el nuevo gobierno sea capaz de generar en los agentes económicos, que al fin de cuestas son los que deciden crear empleo, invertir, ahorrar y consumir. Eso sí, siempre con el permiso/apoyo del Banco Central Europeo, que es rector de la moneda .

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