El PP abre fuego contra Rivera
Los populares han ido variando su estrategia hacia Rivera con unas miras tan cortas como las que desplegó Moragas cuando tuvo la oportunidad de conseguir que Rajoy mantuviera con él una relación cordial
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Hace año y medio, cuando Albert Rivera anunció la expansión de Ciutadans al ámbito nacional como Ciudadanos, recibió una llamada de La Zarzuela para que acudiera a ser recibido por el entonces Rey, Don Juan Carlos. Unas semanas después fue invitado a regresar al mismo lugar para una audiencia con el Príncipe de Asturias. Animado por el interés que suscitaba en las altas esferas del poder, Rivera solicitó una entrevista con Mariano Rajoy. El jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Jorge Moragas, le recomendó que para hablar con el PP lo hiciera a través de su presidenta en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho.
Desde entonces, el presidente de Ciudadanos se ha convertido en un líder nacional, el político de moda en Madrid, el jefe de una formación que si nadie lo remedia será la bisagra que determine cual de los dos grandes partidos gobierna tras las elecciones del 20-D . Pero mientras tanto solo se ha reunido una vez con Rajoy, al poco de las últimas elecciones municipales y autonómicas. Estaban en marcha las conversaciones que fructificaron en los acuerdos que permiten al PP gobernar en Madrid, Castilla y León, Murcia y La Rioja gracias al apoyo de Ciudadanos. Los más allegados al presidente del Gobierno no creen que después de eso se hayan vuelto a hablar, ni siquiera por teléfono.
En el entretanto, el PP ha ido variando su estrategia hacia Rivera con unas miras tan cortas como las que desplegó Moragas cuando tuvo la oportunidad de conseguir que Rajoy mantuviera con él una relación cordial. Casi todo este tiempo la postura oficial del PP ha sido la de ignorar al político emergente para centrar toda su campaña contra Pedro Sánchez, en la creencia de que a falta de una mayoría absoluta Ciudadanos les apoyará para formar Gobierno y en la estrategia de que no conviene debatir con quien te disputa tu espacio político.
La tregua ha terminado y el motivo, reconocen en el PP, es la irritación creciente de Rajoy con un Rivera que de vez en cuando deja caer que si se dan las circunstancias en que preste ese apoyo lo hará a condición de que no sea Rajoy el presidente del Ejecutivo.
Lo repitió en los corrillos con periodistas que se formaron en la recepción de la Fiesta Nacional y a las pocas horas ya estaba Fernando Martínez Maillo, el número tres de los populares, calificando al líder de Ciudadanos como «un hombre incógnita» que «quiere los votos del PP para regalárselos a Pedro Sánchez». Los populares no están dispuestos a cuestionar la presidencia de Rajoy. Y los votos del 20-D no se han contado todavía.
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