OPINIÓN
Carod-Rivera
En 2003 muchos convergentes votaron a Carod-Rovira para espabilar a CiU, pero Esquerra urdió el tripartito. Ahora muchos populares se plantean votar a C's, que prefiere al PSOE
En 2003, muchos convergentes de toda la vida votaron a Carod-Rovira para espabilar a CiU, pero Esquerra acabó urdiendo el tripartito con socialistas y comunistas . ¿Fue una decepción? Fue una imprudencia. David Madí, entonces director de la primera campaña de Artur Mas, no se cansó de advertirlo: «Hay que frenar a Esquerra». Pocos le hicieron caso y los republicanos llegaron a su cifra histórica de 23 diputados. Hace una semana, la suma entre Convergència y la CUP parecía también automática pero ahora Baños se lo está pensando.
Muchos votantes del PP creen que podría ser un estímulo para la derecha votar a Ciudadanos , tal como muchos izquierdistas pretenden poner en tensión al PSOE inclinándose por Podemos .
Pero así como es imposible que Pablo Iglesias se alíe con Rajoy, cada vez son más las voces en Ciudadanos que no descartan e incluso prefieren un pacto con Pedro Sánchez que con el actual presidente. Nadie puede dudar de que los votos de la izquierda se quedarán en la izquierda; pero si un parte de los votantes del PP votan al partido naranja con la intención de regenerar y fortalecer a la derecha, el 21 de diciembre podríamos conocer decepciones inconmensurables.
Carod-Rovira como Carod-Rivera , desmintiendo las alianzas que se dan por hechas. Tanto en Cataluña como en España, todo gira dramáticamente a la izquierda, como si no hubiéramos aprendido la lección de estos años de indigencia.
La derecha tiene defectos, como Israel o América. Pero más que Cataluña o España, la patria de las personas aseadas será siempre la derecha. El orden, la Ley, la higiene, la jerarquía, y la convicción fundamental de que el mayor enemigo de la libertad es el caos. La derecha acaba de ganar en Portugal y Fred Astaire -gran conservador- baila al ritmo de Vickie Sue Robinson. Éstos son los días de milagro y maravilla y es así como la vida se afirma y continúa.
Todo puede mejorar y también nosotros podemos ser mejores. Pero cada vez que en nombre de nuestros sueños ultrapuros, y de nuestro manierismo de la señorita Pepis, perdemos el sentido de la realidad y nos soltamos del enganche que nos sujeta con los pies en el suelo, conocemos las peores atrocidades.
Somos la derecha. Somos lo contrario de la izquierda . Ésta es la clave del progreso y la clave para que el progreso permanezca.
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