Javier Guerrero: «Susana Díaz ha usado los ERE para un ajuste de cuentas en el PSOE-A»
«La presidenta de la Junta y Griñán sabían como funcionaba el fondo de reptiles»
Javier Guerrero ya no se calla. Habla por primera vez en el medio que puso cara al caso de los ERE, el que destapó la declaración de su chófer, que le acusaba de gastarse dinero público «en droga y copas», antes de que se imputara a la anterior cúpula de la Junta de Andalucía.
Desde entonces, se convirtió en el hombre invisible , a pesar de trabajar bajo la dirección de tres consejeros de Empleo –Guillermo Gutiérrez, José Antonio Viera y Antonio Fernández– y de adjudicar medio millón de euros en subvenciones durante nueve años.
Socarrón, seguro de sí mismo, razona cada una de las preguntas en tono alto, como si no estuviéramos en un despacho, fumando un cigarro tras otro, sin arrepentirse, ni abrumarle las cifras del caso. Su fianza por más de 686 millones de euros; 855 millones pagados en conceptos de ayudas; 6.473 trabajadores prejubilados; 144 millones defraudados; 77 expedientes a empresas; 70 intrusos; 50 millones desviados en comisiones… «Y parece que todos han seguido el proceso por la prensa».
–Es usted uno de los 270 imputados en el Caso ERE, ¿quién no estaba implicado en la Junta de Andalucía?
–Si lee las declaraciones realizadas parece que nadie, la Junta era yo. Lo más curioso es que allí dicen que no me conocen. Además, todo estaba por escrito, en la memoria del presupuesto anual con un informe de los conflictos que había que abordar, las ayudas que estaban pendientes, los pagos… Era obligatorio. ¡A ti no te ponen dinero en una partida porque sí! Para mí, no hay ni un ERE falso, siempre digo que es una locura con 270 imputados, porque parte de la base de que un sistema legal es ilegal.
–El Tribunal Supremo habla de «sistema ilegal» de ayudas sin control y por ello ha imputado a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán por un delito continuado de prevaricación…
–Era lógico que terminaran implicados. Ellos presidían un Gobierno que tenía que conocer el sistema de ayudas. Muchos han querido hacer ver que esto era una corruptela de la Consejería de Empleo y los demás nos vamos de rositas… Han obviado la base jurídica que usó la Junta para entregar las ayudas destinadas a atender situaciones de urgencia: la orden ministerial de abril de 1995. Omitida también por la jueza Alaya . ¿Comprenderías que a un director general le encarguen la resolución de conflictos laborales con un sistema ilegal? ¡Por Dios! Es transparente, porque sé a dónde va cada euro, a qué persona, a qué cuenta y para qué fin.
–Griñán reconoció que cesó al ex Consejero de Empleo como «responsable político» de los ERE. ¿Actúo como Pilatos?
–Griñán actúo como Pilatos, porque al ser consejero de Economía, no tengo ninguna duda de que sabía cómo funcionaba la partida 31L. La confección y concesión de los presupuestos son de Hacienda, los llevan al Parlamento y reparten el dinero.
–Si Susana Díaz fue la mano derecha de Griñán, ¿conocía el sistema de ayudas?
–No es que lo crea porque fuera su mano derecha, sino por los cargos orgánicos que ha tenido. Sobre todo, estando con José Antonio Viera de secretaria de organización del PSOE.
–A pesar del seísmo que provocó la decisión del Tribunal Supremo, las dimisiones de Chaves y Griñán han sido como un cortafuegos para Susana Díaz. ¿La actual presidenta de la Junta estaba al margen de todo?
–Lo dudo con la responsabilidad que tenía, la partida 31L estaba dedicada a las políticas sociales y las tenía que conocer. Ella prescinde de todos los consejeros relacionados con la tramitación de los ERE. Creo que este caso ha servido como un ajuste de cuentas del propio PSOE, para limpiar y crear equipos. ¡Por Dios, cómo no lo va a saber!
–Antes de llegar a Presidencia, apuntan que Díaz ayudó a Griñán a que no quedara nadie de confianza de Manuel Chaves en el PSOE andaluz…
–Comparto esa idea y me tendrán que demostrar lo contrario. En la guerra se pierden y ganan batallas, pero la guerra siempre está abierta.
El fondo de reptiles
–«Fondo de reptiles» es la expresión que usted utilizó en su declaración ante la Policía para describir el sistema de ayudas.
–Utilicé una expresión coloquial desafortunada. Durante mi infancia, había mujeres que al marido le iban cogiendo algún dinerillo del sueldo y lo guardaban en una cómoda debajo de las sábanas y comentaban: «Tengo ahí un fondillo de reptiles para una necesidad». Nunca lo dije en el sentido peyorativo, porque fuera un fondo oscuro ni opaco ni ilegal. Tenía todas las bendiciones del Gobierno y del Parlamento.
–Según la investigación de la jueza Alaya, 855 millones de euros salieron de la Consejería de Hacienda para el «fondo de reptiles» de la Consejería de Empleo, permitiendo el reparto arbitrario entre personas próximas a la Junta y al PSOE durante doce años…
–La verdad es que no sé de dónde surge esa cifra. Cuando yo salí en el 2008, mi contabilidad estaba en 457 millones de los que 69 millones estaban pendiente de pago desde el 2001. Habrá sumado los que me sucedieron en el cargo que siguieron trabajando de la misma forma. La propia Junta de Andalucía ha reconocido que sigue pagando a día de hoy a más de 6.400 trabajadores y el Tribunal Supremo que la mayoría de los fondos fueron bien empleados.
–Reconoce que este sistema daba pie a la picaresca: intermediarios que cobraban un porcentaje por abrir las puertas de la Junta de Andalucía a empresas en crisis…
–No conozco ningún procedimiento que no dé lugar a la picaresca, precisamente en este país, que le damos la vuelta a todo. Ninguno. Pero esto es igual que cuando un director de una sucursal bancaria roba dinero, te enteras a posteriori, salvo que lo cojas in fraganti…
–¿No me dirá que usted se enteró por la prensa del caso ERE?
–Mira, yo me llevé nueve años trabajando una media de catorce horas, reunido con comités, con representantes de trabajadores… Eso sí, cuando salía me tomaba dos gin tonics en el Caramelo porque me cogía en línea recta, eso también se lo digo, pero los pagaba de mi bolsillo. No tenía tarjeta de la Junta.
–¿No había tarjetas black?
–No había tarjetas black ni white… La Junta no le ha dado tarjeta a nadie, ni a los consejeros. Yo vivía en mi despacho… Me salían los líos por las orejas. No sabía si los brokers cobraban comisiones, ni cuánto…
Los intrusos
–¿Quién estaba al tanto de los intrusos de los ERE?
–¡No son intrusos! Todas las ayudas se pagaban con convenios a través del IFA (Instituto de Fomento de Andalucía), que a su vez revisaban con el jefe de la asesoría jurídica de la Junta, Paco del Río. Las ayudas eran individuales, y era más barato negociar un precio global que una póliza individual. Si tengo 200 de Delphi y una individual, la unes a la empresa para que saliera mejor de precio. Parece que has colado a alguien, y no era así… De los llamados intrusos, sólo hay 70 casos que están pendientes de revisión según el Tribunal Supremo.
–¿El consejero Antonio Fernández es también un intruso? Consta como trabajador de las bodegas González Byass desde el día de su nacimiento…
–¡Nacido para los ERE! Mi consejero Fernández no ha sido un intruso. Pertenecía a la plantilla de González Byass desde 1971 y estaba en excedencia. Hay una reestructuración en la bodega y a ciertos señores le plantean la liquidación de su contrato. Él renunció a su derecho antes de que saliera publicado. No cobró nunca ninguna ayuda. La bodega le dio una indemnización por despido improcedente que se la quedó el juzgado.
–Los ERE permitió a más de 6.473 andaluces que se prejubilarán gracias al partido en el poder, ¿se elegían a dedo?
–¡Preguntas como Alaya! ¡Gracias a la Administración de la Junta de Andalucía! Era un sistema conocido por todos los agentes sociales, los sindicatos, las patronales...Y todo se aprobaba en el Parlamento de la Junta de Andalucía, con el acuerdo de todos los grupos parlamentarios. No se elegía a dedo a nadie.
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