anécdotas históricas del congreso
Besteiro, la oposición y los milagros
En ocasiones, la ironía se convierte en la mejor arma dialéctica para acabar con el contrario
Nada hay peor que la ironía cuando se quiere ridiculizar a alguien. Y en política, esta es un arma que muchas veces se utiliza contra el adversario. Los representantes de partidos con menos seguidores y, por tanto, con menos peso en el funcionamiento de la Cámara, se ven a menudo ninguneados por las grandes mayorías , sobre todo cuando éstas no requieren de su concurso para sacar adelante leyes o proyectos.
Este caso se ha dado muchas veces en el Congreso, pero en el libro «Se abre la sesión», Luis Carandell hace referencia a una en concreto, cuando un diputado de la minoría con muy pocas posibilidades de llegar alguna vez a gobernar planteaba a los miembros de la Cámara las soluciones y fórmulas que él pondría en marcha si llegara a ser ministro.
Su alegato fue frenado en seco por el siempre ocurrente Julián Besteiro, que con bastante chanza le dijo al congresista: «Lo que su señoría está diciendo me recuerda a un libro que en una ocasión compré en una librería de lance , y que llevaba por título “Relación de los milagros que habría realizado San Antonio de Padua si hubiera desembarcado en Lisboa”».
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