La recepcionista de la Gürtel
Maica Jiménez, que trabajó para Correa, admite en la grabación en la que lanza sospechas sobre Pío García Escudero que no tiene pruebas
«Esto es petit comité, ya lo hablamos… A mí a día de hoy no me importa nada lo de Correa» comienza Maica Jiménez López, recepcionista de Special Events, la empresa de Francisco Correa, en su encuentro en un restaurante con Ana Garrido, exfuncionaria del Ayuntamiento de Boadilla, ante la atenta mirada de Francisco Navas Sanz, el contacto entre ambas. Ninguno de los dos sabe que la conversación está siendo grabada por Ana, desvelada parcialmente esta semana por la Cadena Ser y que ha levantado gran polvareda porque en ella se lanzan sospechas, entre otros, sobre el presidente del Senado, Pío García Escudero .
Tras pedir un pacharán y una clara con casera, las dos hablan de sus respectivas experiencias con hombres acusados en la trama Gürtel. Maica con Francisco Correa ; Ana, con Arturo González Panero, exalcalde de Boadilla. Las dos se sienten marcadas. Maica Jiménez reconoce que no tiene pruebas. Demandó por «mobbing» a su jefe y se fue con una mano delante y otra detrás . En su día pensó en hablar, pero una compañera le advirtió que mejor no lo hiciera, «porque te manda un sicario, no se andará con chiquitas».
Sin permiso
Durante la grabación, cercana a las cuatro horas y que fue realizada sin permiso de la recepcionista despedida, uno de los primeros temas de conversación es cómo empezó Ana Garrido su enfrentamiento con el Ayuntamiento de Boadilla, al destapar las irregularidades del consistorio. Para ello, preparo un dossier sobre el que fue su amigo Arturo González Panero, que presentó en los juzgados a través de Manos Limpias y paralelamente en la Brigada de Blanqueo de Capitales de la UDEF de la Comisaría General de Policía Judicial, en Canillas. «Llegué a un pacto con ellos. Si hablo (en la comisaría), no paso ningún control. No quiero que mi nombre aparezca, ni en el registro de entrada, ni voy a firmar ninguna declaración».
Sus contactos en la UDEF, le recomiendan que no le cuente al juez Antonio Pedreira al testificar que está colaborando con ellos. «No tienes necesidad de dar más información». Y a partir de ahí su cooperación se intensifica. «Cuando había registros en el Ayuntamiento, me enseñaban la documentación y les decía que no estaba completo, y que tenían que volver a registrar en tal despacho y buscar tal carpeta… Cada día lo hacíamos de una forma. Y no quedaba constancia de que había entrado con ellos».
Maica Jiménez, por su parte, solo puede contar lo que vio en su lugar de trabajo. « La boda de la hija de Aznar fue organizada por Álvaro Pérez. El dinero salió de Special Events aunque yo no sé cómo lo facturaron, porque cuánto menos veas mejor… Lo llevaba José Luis Izquierdo… Correa le decía ve al banco y saca 300.000 y los traía en cajas de zapatos… La caja fuerte era más grande que mi cuarto de baño», le cuenta a Garrido.
También menciona a las personas que vio por las oficinas. Jesús Merino, Alberto López Viejo, Benjamín Martín Vasco, Guillermo Ortega, José Luis Peña, Luis Bárcenas, «cuando era tesorero y nadie le tosía». «A Bárcenas le he visto una sola vez en el despacho de Correa a altas horas de la noche, cuando nadie puede identificar quién es, no hay ningún testigo… Tenía una reunión a las diez y media de la noche, y lo vi salir con sobres». A ese respecto, Bárcenas asegura que efectivamente es cierto y que ha recogido en las oficinas de Francisco Correa los viajes contratados en su agencia en una ocasión. «Pagados de mi bolsillo, de los que todavía guardo los justificantes de pago. Y es evidente que sí Pio García Escudero fue en alguna ocasión, sería para lo mismo». La supuesta secretaria también señala a García Escudero, presidente del Senado –«Pío estaba metido en el ajo»–, quien ya ha anunciado que emprenderá acciones judiciales «en defensa de su honor».
En tono de confidencias hablan de quiénes pedían o iban acompañados de prostitutas de lujo, y de otras intimidades, además de cómo utilizar a los medios. Así, Ana le pregunta a Maica si «nunca ha pensado en sacarle pasta» a su historia. «Sin firmar, de forma anónima, coges un periodista y los beneficios a un tanto por ciento».
«Maica nunca ha sido la secretaria personal de Correa –ratifica Pablo Crespo, mano derecha en sus empresas–. Es la única persona que no tenía despacho porque era la recepcionista. Su puesto estaba en la entrada de Serrano 40, en el hall a la izquierda, en un mostrador con una centralita telefónica, desde el año 2001 hasta julio de 2003. Su función era pasar llamadas telefónicas y reservar en restaurantes, pero no controlaba la agenda de Paco».
«Tendrá que responder»
El abogado de Pablo Crespo, Miguel Durán, asegura que «la señora Jiménez miente y tendrá que responder tanto en vía penal, como civil, por intromisión ilegítima en el derecho al honor y la intimidad de las personas concernidas por las mentiras que le contó a Ana Garrido». También pedirá la comparecencia de Garrido para explicar «cómo fue la génesis de la grabación y cuáles son sus relaciones con la UDEF» y que la amiga de Maica ratifique el testimonio de que Correa «te manda un sicario» a la primera de cambio.
Cómo se incorpora esta conversación a la causa también es de lo más curioso. A Garrido, su exnovio le roba el ordenador donde hay una copia de la grabación y lo entrega a la Policía de Boadilla, haciendo constar que hay material sobre Gürtel y que ella ha podido manipular pruebas. La Policía lo envía al juzgado número 3 de Móstoles, donde ahora se encuentra el juez que ha instruido el sumario de la trama, Pablo Ruz, que lo remite a su sucesor en la Audiencia Nacional, José de la Mata. «Todo es más propio de un reality show de la peor estofa que de un juzgado serio –explica Durán-. Es lamentable que en fase de instrucción no se ponga especial cuidado en evitar la reproducción de porquerías y basuras propagadas por gente despechada o que quieren lucrarse económicamente. Ana Garrido actúa con ánimo de venganza hacia Arturo González Panero».
