El negocio ideológico de ZP

José Luis Rodríguez Zapatero se ha dedicado, después de cierta dilación, a las tareas propias de los ex presidentes de Gobierno de España, como es el caso de Felipe González y José María Aznar : por un lado, hacer dinero; por otro, tocar las narices a su partido con declaraciones esporádicas que ponen por encima la justificación de su estancia en La Moncloa sobre la estabilidad de su líder actual.

Sus últimas palabras, las de no excluir un pacto de PSOE con Podemos tras las elecciones generales, se producen a contrapelo de la estrategia de la dirección socialista de evitar la trampa que Mariano Rajoy le está tendiendo para que el electorado se convenza de que el PSOE ha perdido la centralidad.

No es la primera vez que ZP irrita a Pedro Sánchez, que se molestó cuando el ex presidente organizó un almuerzo con Iglesias, Errejón, José Bono y Emiliano García Page sin contárselo a él, aunque posteriormente el secretario general del PSOE tuviera que aceptar de buen grado que la comida produjo su fruto: la investidura del candidato socialista como presidente de Castilla-La Mancha con el apoyo de Podemos.

Zapatero, cuentan sus allegados, se siente cómodo en el ala izquierda del PSOE y está dispuesto a allanar cualquier obstáculo que se presente para acercar a su partido al de Pablo Iglesias. Incluso la nueva vida que se está organizando tras dejar el Consejo de Estado está marcada por su ideología, por más que en el fondo persiga el objetivo de ganar bastante mas que los 100.000 euros al año que le reportaba su trabajo anterior, que dejó al aceptar la presidencia del Consejo Asesor del Instituto de la Diplomacia Cultural, una ONG alemana que asegura funcionar sin ánimo de lucro, lo que no suponía ninguna incompatibilidad.

Personas cercanas al ex presidente aseguran que este utiliza esa asociación como plataforma para acceder a encargos remunerados de pronunciar conferencias y asistir a coloquios internacionales, como la reunión que le ha llevado a la República Dominicana para participar en los trabajos de una Asociación Mundial de Organismos que promueve las elecciones libres y transparentes.

Zapatero se ha incorporado así a una serie de organizaciones con fines tan etéreos como aquella Alianza de Civilizaciones que promovió desde La Moncloa y lo ha hecho de la mano de su ex ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos promotor de un lobby internacional a donde algunos situan también al ex presidente, que trabaja para causas diversas, unas conectadas con el gobierno cubano, otras con el de Guinea Ecuatorial.