Los siete disparates de la imaginaria Hacienda catalana
El profeta de la teoría sobre la independencia fiscal catalana es Joan Iglesias, inspector de Hacienda del Estado y asesor de Mas
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Una de las «estructuras de estado» que prepara el Gobierno catalán es la hacienda propia, es decir, la independencia fiscal . Cuenta para ello con un inspector de Hacienda del Estado, Joan Iglesias Capellas, a quien el presidente catalán ha encargado dirigir el Programa para la definición de un nuevo modelo de Administración Tributaria de Cataluña, en colaboración con el Consejo Asesor para la Transición Nacional.
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Sus conclusiones están reflejadas en el libro «Una hacienda a la catalana», prologado por el propio Mas, en el que se apuesta por un modelo no coercitivo, basado en la confianza . Es decir, que casos como los de Jordi Pujol, Montserrat Caballé o la familia Carulla, inculpados de delito fiscal, difícilmente tendrían lugar en una Cataluña independiente.
Un sistema fiscal español «enfermo»
Iglesias parte de la premisa de que el «sistema fiscal español está enfermo. No funciona bien» y sostiene que su rendimiento «se sitúa, año tras año, muy por debajo del rendimiento que consiguen otros sistema fiscales». Afirma que «el fraude no tiene la culpa de todo» por lo que «si de verdad queremos mejorar los resultados del sistema fiscal que debemos poner en funcionamiento en Cataluña , lo primero que debemos hacer es un ejercicio de autocrítica».
Autosuficiencia «en el peor de los escenarios»
Según los cálculos realizados por el Consejo Asesor para la Transición nacional, «la fortaleza de la economía catalana es de tal magnitud que incluso en el peor de los escenarios podría proporcionar los recursos financieros que se necesitan para mantener en funcionamiento la Generalitat». En este sentido, Iglesias asegura que «Cataluña produce suficiente riqueza para financiar los presupuestos de gasto de un estado propio, con unos niveles de calidad equiparables a los países europeos líderes en bienestar y prosperidad colectiva».
Hasta 100.000 millones de recaudación
El Consejo Asesor estima que «la recaudación potencial del sistema fiscal catalán oscila entre los 70.000 millones y los 100.000 millones de euros». Afirma el asesor fiscal de Mas que la «asfixia económica que sufre Cataluña no tiene propiamente su origen en el sistema tributario (en un estado de derecho los impuestos son los mismos en todo el territorio) sino fundamentalmente en el sistema de distribución de la financiación pública». El asesor de la Generalitat repite en diversas ocasiones la expresión «no-dependencia» respecto al Estado.
Pagar y callar «sobre todo si eres catalán»
Iglesias indica que, en un principio, el sistema español se basaba en la conocida frase «Hacienda somos todos», pero «ahora, una vez consolidado este Estado que muchos soñábamos, el poder solo nos quiere para pagar y callar, sobre todo si eres catalán. El concepto inclusivo y participativo ha dado paso a un concepto autoritario y excluyente ».
Confianza y paz fiscal: el fraude no es coartada
Frente al sistema «coercitivo» español, la hacienda catalana se basa en la confianza entre el contribuyente y la administración . Es lo que denomina la «paz fiscal», pues «la confianza recíproca entre contribuyente y autoridad fiscal es lo que permite conseguir la eficacia recaudatoria». Para lograr esa «conciencia colectiva» hay que comenzar por «no utilizar el fraude como coartada de la restricción de los derechos de los contribuyentes».
Conciencia fiscal = conciencia nacional
«La conciencia fiscal de los catalanes», dice Iglesias, hay que entenderla como «expresión de su conciencia nacional». Por ello «hay que aprovechar el hecho de que muchos catalanes y catalanas pidan una hacienda propia, ya que si todos aquellos que están dispuestos a pagar los impuestos en Cataluña perciben que el esfuerzo económico que hacen revierte directamente en una mejora de las condiciones de vida de las personas que viven y trabajan aquí, y que los recursos públicos se administran de manera transparente y responsable, es posible que mejore considerablemente el porcentaje de cumplimiento voluntario, lo que facilitaría muchísimo la gestión del sistema fiscal catalán ».
Contribuir, no tributar: el modelo nórdico
Para el responsable de crear la hacienda catalana «resulta muy significativo el hecho de que en aquellos sistemas en que los ciudadanos perciben que cuando pagan impuestos ‘tributan’, la resistencia al pago (el fraude) sea muy superior a la que se da en los sistemas donde los ciudadanos perciben que con el pago de los impuestos ‘contribuyen’ al bienestar colectivo». Por ello, el modelo que inspira la independencia fiscal catalana es aquel que se aplica en países como Dinamarca o Finlandia .