Madrid: la ayuda y las palabras
Ana Botella: «Incluso en los tiempos de gran dificultad, fuimos capaces de mantener los servicios esenciales»
![Madrid: la ayuda y las palabras](https://s3.abcstatics.com/Media/201507/22/ana-botella-exalcaldesa--644x362.jpg)
«Les aseguro que, mientras yo sea alcaldesa, ningún niño en Madrid dejará de estar atendido en sus necesidades básicas por falta de recursos municipales».
Con esa frase asumí un compromiso con los madrileños, sobre todo con los más débiles, en el debate del estado de la ciudad de 2014. Y fue un compromiso cumplido. La escasez de recursos económicos y la privación material severa como consecuencia de la crisis han sido y son una realidad a la que el Ayuntamiento de Madrid ha dedicado una atención prioritaria, obligada para la que, como Administración más próxima al ciudadano, conoce de primera mano sus inquietudes y necesidades.
Conocíamos bien la realidad social y económica de nuestros vecinos. Sabíamos del impacto que la crisis ha tenido sobre muchos de ellos, sobre sus vidas y sus familias. La conocíamos –la conocemos– gracias a la más extensa y mejor dotada red de atención social de España , a sus más de 600 trabajadores sociales repartidos en los 36 centros de servicios sociales en los 21 distritos de nuestra ciudad. Servicios que, en su dimensión actual, tuve la enorme responsabilidad de poner en marcha en su mayor parte en mi condición de concejal de Servicios Sociales entre 2003 y 2007.
Durante los años en los que la crisis nos ha golpeado más duramente, los Servicios Sociales del Ayuntamiento han dado respuesta a las situaciones de necesidad que se han ido planteando. Incluso en los tiempos de gran dificultad , fuimos capaces de mantener los servicios públicos básicos y esenciales.
Y al igual que lo hice siempre ante el Pleno municipal, quiero aclarar que nunca desconocí, ni minimicé, ni oculté una necesidad social básica . Al contrario; dispuse todas las medidas necesarias para abordar las situaciones de dificultad de familias con menores. Teníamos una planificación y los recursos adecuados para dar respuesta a las situaciones que pudieran plantearse, confiando en el buen hacer de nuestros trabajadores sociales. Ellos garantizan la respuesta adecuada a cada caso, diagnosticando con rigor y sin entrar en confusiones terminológicas, en ocasiones, interesadas, que a menudo pretenden igualar situaciones muy distintas: pobreza, riesgo de exclusión, vulnerabilidad, necesidad….
Así, durante el pasado verano de 2014, y ante la necesidad de dar respuesta a la finalización de la actividad educativa que incluye el comedor escolar, el Ayuntamiento de Madrid dispuso recursos extraordinarios para tratar de llegar a cualquier situación de riesgo que se detectara. Es decir, complementamos las ayudas de emergencia que funcionan durante todo el año para familias que necesitan cubrir sus necesidades básicas; complementamos el Fondo de Especial Necesidad creado en 2013 y que en el año pasado superó los 8 millones de euros; incrementamos la oferta de campamentos urbanos, cursos y actividades para niños y adolescentes que incluían la comida en más de 100 colegios de toda la ciudad, dotando un total de casi 26.000 plazas en los mismos.
Y, por si con todo lo anterior, la oferta era insuficiente, di instrucciones al Área de Servicios Sociales para la creación de un servicio de comida a domicilio para menores entre 3 y 14 años –a semejanza del excelente servicio que desde la ciudad se presta a los mayores más vulnerables desde hace muchos años– durante el verano de 2014 para todos los menores madrileños en riesgo de exclusión, siempre de acuerdo con el criterio experto de los trabajadores sociales municipales. Fue una medida extraordinaria y complementaria, un recurso de verdadera emergencia para atender a los más débiles de entre los débiles. Una herramienta que no conocía precedente alguno en ninguna otra administración, y de la que se beneficiaron 2.071 menores en distintos periodos de tiempo, según su necesidad.
Ésa y no otra fue la labor que realizamos en los meses del verano pasado en Madrid. Cumpliendo con nuestro deber, atendiendo en primer lugar a quien más atención necesita , con medidas valientes, innovadoras pero nunca estigmatizantes. Con el respaldo de la labor comprometida, coordinada, organizada y planificada de nuestros trabajadores sociales, quienes siempre supieron que podríamos encarar los meses del verano, –como así se hacía el resto del año– garantizando que nadie se quedara atrás.
En los últimos días veo en los medios de comunicación afirmaciones que resultan alarmantes por su falta de rigor. Desde los propios análisis y las definiciones de la pobreza –que darían para mucho, y sobre las que reflexionaba hace poco Joaquín Leguina– hasta las declaraciones de un equipo de gobierno municipal recién llegado , que no ha tenido tiempo material para poner en marcha ni una sola nueva medida social… y que se ha encontrado con todas las que he detallado plenamente operativas. Bienvenido sea todo lo que quieran hacer para mejorar nuestra atención social a quienes más lo necesitan. Pero será más efectivo si se hace con más sosiego y menos publicidad. Es sorprendente que descubran, en esta hora, lo que ya hacía el Ayuntamiento de Madrid. Nunca es tarde. Pero insisto en que deberían tratar las cuestiones más importantes –y ésta lo es– con la mayor seriedad.
Lo decía antes; nunca me encontrarán en bailes de cifras que puedan dar a entender que minimizo este problema. Creo que un solo niño que por motivos económicos estuviera mal nutrido ya sería una situación grave a la que atender , además de una vergüenza política y social en la capital de una de las primeras economías del mundo. Pero también creo que la confusión, la precipitación y la demagogia no servirían en ningún caso, para ayudarle.
Noticias relacionadas
- Solo 1.908 familias necesitaron ayuda en Madrid para dar de comer a sus hijos
- Madrid tendrá comida a domicilio para menores en riesgo de exclusión
- Ana Botella apura sus últimos nueve meses: los próximos retos de la alcaldesa
- Manuela Carmena incumple la normativa dejada por Botella al fichar al marido de su sobrina