Elecciones primarias

Democracia interna, la gran asignatura pendiente de los partidos en España

Los principales candidatos van a las generales sin medirse en primarias reales

Democracia interna, la gran asignatura pendiente de los partidos en España abc

Jaime G. Mora

Cuando Fraga confió a Aznar la dirección del Partido Popular en 1990 nadie hablaba de elecciones primarias . El fundador de Alianza Popular, que condujo la refundación del partido, se presentó ante los compromisarios con una carta en la mano. «Aquí está», dijo, «este hombre presenta sin fecha su dimisión, que nunca le vamos a aceptar. Y esta carta la rompo yo delante de vosotros porque no hay tutelas, ni hay tutías. Ahí está el líder del partido ». La decisión de Fraga fue respaldada por unanimidad.

La sucesión de Aznar fue menos teatral. Después de meses de incertidumbre, el expresidente del Gobierno descartó a Rato y Mayor Oreja. «Mariano, te ha tocado», le dijo por teléfono a Rajoy . Los medios se enteraron por medio de una nota de prensa y la designación fue avalada con 503 votos a favor y uno en blanco. Al sucesor de Rajoy, en cambio, lo elegirán de forma directa los 800.000 integrantes del PP , y no los compromisarios, un grupo reducido de afiliados de representación que limita la participación interna.

El PP estudia cómo implantar un modelo de elección directa

En su última Conferencia Política, el PP acordó iniciar el proceso para modificar el modo de escoger a sus candidatos para las próximas convocatorias electorales. Este cambio, reclamado por dirigentes como Esperanza Aguirre, no se concretará hasta 2016. Es decir, después de los comicios previstos para finales de año. Y la fórmula no se llamará primarias, sino elección directa. Como dice Rajoy: «Aquí todo el mundo presume de primarias. Pero lo único que se ven son remedos de plebiscitos . Unos las anulan; otras las hacen de lista única y otros ponen tantas trabas a los candidatos que solo queda uno. ¿Qué broma es esta?».

Apertura del PSOE

De primarias presume el PSOE. Pero Pedro Sánchez ha sido designado cabeza de lista sin necesidad de celebrarlas , puesto que ningún otro candidato logró los avales necesarios. Era la segunda vez en que el partido ponía en marcha este proceso. La anterior fue hace 17 años, cuando Borrell se impuso a Almunia, entonces secretario general del PSOE. El cisma que provocó esta bicefalia fue tal que Borrell acabó dimitiendo. Almunia se presentó a las elecciones en el 2000 y Aznar ganó con mayoría absoluta. Uno de los riesgos de las primarias es que se visibilizan las divisiones internas, algo que penalizan los votantes .

En la época de Zapatero, el líder del partido era nombrado con los votos de los delegados en un congreso extraordinario: las agrupaciones locales escogían a sus representantes para un congreso provincial, este nombraba a delegados para el autonómico, y el autonómico para el federal. Fue Rubalcaba quien abrió este modelo tan opaco . Lastrado por su derrota en 2011 y en las elecciones europeas, dejó en manos de los militantes su sucesión, lo que no hacía ninguna gracia al expresidente Felipe González ni a la «baronesa» Susana Díaz, que optó por no presentarse y apoyó a Pedro Sánchez. Como consecuencia de este respaldo, el líder socialista ganó a Madina en las ocho provincias andaluzas.

Remontar en las urnas

En España, la elección de dirigentes por medio de primarias depende más de las necesidades de los partidos que de la voluntad de permitir más participación , según exponen los politólogos del colectivo Politikon en el libro «La urna rota». El detonante habitual suele ser una derrota electoral, como las que sufrió el PSOE desde que la crisis engullera a Zapatero o la caída del PP en las últimas citas con las urnas. Pero el sistema personalista que precede a este tipo de votaciones puede provocar la ausencia de relevos con verdadera capacidad de liderazgo, como le ha ocurrido al socialista Pedro Sánchez, muy cuestionado en el año que lleva al frente del partido.

Precisamente, uno de los gestos que afianzó el papel de Sánchez como secretario general fue la purga de Tomás Gómez en el PSM. El exdirigente madrileño fue designado candidato para el 24-M sin necesidad de primarias , pues ningún candidato logró los avales exigidos en un proceso diseñado a su medida. Aun así, Gómez seguía hundido en las encuestas y, acorralado por el sobrecoste del tranvía de Parla, Sánchez lo fulminó a tres meses de las elecciones. Ferraz nombró a una gestora e impuso la candidatura de Gabilondo. No hubo primarias por la falta de tiempo para organizarlas.

PP y PSOE tratan de acercarse así al modelo que otros partidos como UPyD, IU o ERC han adoptado por defecto, y del que hacen bandera Podemos y Ciudadanos. Estas formaciones emergentes tienen la ventaja de haber surgido en un contexto que les reclamaba más democracia interna : la última vez que el CIS preguntó por esta cuestión, en el año 2005, dos de cada tres españoles criticaban las pocas instancias de participación ciudadana. Contrasta con los datos de 1998, cuando solo un tercio de los encuestados manifestaba interés por la pugna entre Borrell y Almunia en el PSOE.

Control del «aparato»

No obstante, la apertura de Podemos y C’s no deja de ser una ilusión . Los aparatos de los partidos tienen elementos para dirigir los procesos, ya sea controlando el acceso al censo, elevando el número de avales para poder presentarse o adaptando el calendario a la estrategia del candidato oficialista. Es lo que ha ocurrido en Podemos. Pablo Iglesias ha diseñado un proceso para las generales que le beneficia al precipitar las fechas –eso ha impedido la formación de otras listas de peso–, imponer el voto en plancha –favorece a los rostros más populares– y obligar a presentar una lista de circunscripción única, que permite a la dirección elegir a dedo a los candidatos en las provincias. En Ciudadanos, Albert Rivera presentó 2.904 avales, cuatro veces más del mínimo requerido. El político catalán acaparó el 95,8 por ciento del total de avales emitidos y no hizo falta celebrar primarias.

De los cuatro partidos con mayor expectativa de voto en las generales, tres presentarán candidatos que no han tenido que medirse con ningún rival. El cuarto, Podemos , lo hace simulacro de consulta criticado por quienes gritaban «no nos representan» el 15-M. Son las primarias a la española .

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