tribunal supremo
Seis años de prisión para un hombre que prostituyó a una menor antes de casarse con ella
Hay delito de trata si la víctima es menor y hay fines de explotación sexual, aunque no haya violencia, recuerda el TS
El Tribunal Supremo ha elevado de 1 año y 3 meses de cárcel a 6 años y medio la condena a un hombre, de nacionalidad rumana, que trajo a Madrid desde Rumanía a una compatriota menor de edad hija de unos amigos suyos, y la animó a prostituirse en la calle durante unos días. Unos meses después, cuando la chica ya había cumplido los 18 años, se casó con ella en Rumanía.
La Audiencia de Madrid había condenado al hombre a un año y tres meses de prisión por delito relativo a la prostitución, pero le absolvió del de trata de seres humanos, al no constar que empleara violencia, intimidación o engaño, ni que abusara de una situación de superioridad o de vulnerabilidad de la víctima.
La Sala Segunda del Supremo estima el recurso planteado contra esa sentencia por la Fiscalía y destaca que el Código Penal castiga como delito la trata de seres humanos cuando la víctima es menor de edad y se identifica una finalidad de explotación, aunque no medie violencia, intimidación, engaño, superioridad o vulnerabilidad. Añade que en los hechos probados admitidos por la Audiencia de Madrid se recoge que hubo finalidad de explotación sexual, por lo que existió ese delito de trata de seres humanos , castigado con entre cinco y ocho años de cárcel.
Los magistrados le imponen la mínima pena prevista por este delito (cinco años) atendiendo a las circunstancias del caso: autorización inicial de los padres al viaje a Madrid, que la chica estaba a punto de ser mayor de edad y el devenir de las relaciones entre víctima y acusado. El otro año y medio de prisión es por el delito relativo a la prostitución.
Consentimiento de los padres
En una sentencia de la que ha sido ponente el magistrado Antonio del Moral se destaca que en el delito de trata de seres humanos es irrelevante el consentimiento de los padres de la menor, que incluso «podría alumbrar, acreditadas ciertas condiciones, algún tipo de responsabilidad penal». También son irrelevantes los sucesos posteriores o el estado civil actual de la entonces menor (los hechos ocurrieron en agosto y septiembre de 2012, y la joven se casó en Rumanía en mayo de 2013), datos que sí son tenidos en cuenta para la individualización de la pena.
