Juicio al sanguinario etarra «Santi Potros» por su última causa pendiente

La Audiencia Nacional juzga hoy al sanguinario exdirigente de ETA Santiago Arróspide, alias «Santi Potros» , acusado de ordenar el atentado contra una patrulla de la Guardia Civil en Barcelona en 1987, una acción que causó la muerte de un hombre que estaba hablando en una cabina telefónica. La Fiscalía solicita 94 años de prisión para él en la que es, por ahora, su última causa pendiente.

La fiscal Ana Noé considera que Santi Potros ordenó el atentado al comando Barcelona, formado por Domingo Troitiño, Rafael Caride y Mercedes Ernaga , a quienes entregó cuarenta kilogramos de explosivo amonal, pistolas, temporizadores y detonadores para atentar en el marco de «una campaña contra militares de alta graduación, miembros de la Guardia Civil y Policía».

El dirigente de ETA en aquellos años de plomo hizo llegar a los etarras del comando un automóvil robado, al que cargaron con 18 kilogramos de amonal y 30 de metralla de tornillos para que explotara al paso de una patrulla de la Guardia Civil. El 2 de abril de 1987 el terrorista Troitiño —quien declarara como testigo como el arrepentido Caride Simón — accionó el detondor, mientras Caride Simón vigilaba la escena. Aquella explosión provocó la muerte de Juan Fructuoso, que se encontraba hablando en una cabina.

Este atentado, en el que también resultaron heridas siete personas, es una de las dos causas por las que Santi Potros fue detenido el pasado 20 de enero, después de que fuera excarcelado de manera precipitada por la Audiencia Nacional. El Tribunal Supremo enmendó la plana a la Audiencia y anuló las excarcelaciones que adoptó al acumular las penas cumplidas en el extranjero. El Alto Tribunal consideró que la Audiencia ignoró la ley española.

La otra causa que provocó su detención fue el intento de asesinato del que fuera fiscal general del Estado Luis Antonio Burón Barba . La Audiencia Nacional ya juzgó estos hechos y condenó a Santi Potros a 17 años de prisión por ordenar la acción , después de que Caride Simón declarara en el juicio que todo lo que hacía el comando Barcelona se hacía bajo órdenes suyas. El asesinato no se produjo porque los etarras encargados se quedaron dormidos.