todo iraé bien

Mañana lloverá

«Unió podrá presentarse como la Convergència auténtica: el centro-derecha catalanista y moderado»

Mañana lloverá efe

SALVADOR SOSTREs

Unió podrá presentarse como la Convergència auténtica: el centro-derecha catalanista y moderado

Cuando el independentismo comenzaba a envalentonarse, y a buscar el cuerpo a cuerpo con el Estado, Macià Alavedra me expresó su estupefacción. «Yo soy de una familia que tuvimos que exiliarnos después de la guerra y ahora veo que los jóvenes independentistas esperan con ilusión que Madrid nos mande los tanques. No entiendo nada».

Este mismo asombro mostraban ayer los dirigentes de Convergència al darse cuenta de que la ruptura con Unió no había sido un accidente o un triste final inevitable sino una deliberada estrategia de la dirección del partido ( Lluís Corominas y Josep Rull ), que asistió con euforia patriótica a la consumación del divorcio. El ala más radical de Convergència ve a Duran como un lastre en tanto que les resta credibilidad independentista y los más moderados creen que Mas cada vez está más debilitado y más solo, que pierde a sus votantes naturales y que los independentistas sólo confían en Esquerra.

Para intentar parecer más nacionalista, Mas firmó en 2006 ante el notario que no volvería a pactar con el PP. En las siguientes elecciones volvió a quedarse lejos de poder gobernar. Ahora ha forzado la ruptura con Unió con el mismo propósito y todas las encuestas sugieren que los inependentistas sólo se van a Esquerra y que los más conservadores palidecen ante el salto mortal de un Mas cuya principal aportación a Convergència es haberle hecho perder poderes que el partido nunca había perdido. En 2003 y en 2006 fue la Generalitat, que a través de los tripartitos gobernaron por primera vez los socialistas. Luego las últimas europeas, en las que también por vez primera desde la recuperación de la democracia, CDC fue superada por Esquerra.

Duran i Lleida, tras la reunión de Unió del miércoles/ INÉS BAUCELLS

Duran no va a ganar las próximas elecciones pero Mas le ha cedido el amplio espacio del centro-derecha catalanista y moderado, de modo que Unió podrá presentarse en septiembre reivindicándose como la Convergència auténtica, la Convergència con vocación mayoritaria que estaba en el centro y que podía pactar con cualquiera.

Es tanto el nivel de alarma que la euforia rupturista del sector radical de CDC ha causado en la vieja guardia moderada, que han convencido a Mas de que mande a algún emisario para pedir a las entidades separatistas ( ANC y Òmnium ) que se manifiesten en favor de aplazar las elecciones. Mas no quiere aparecer como el que cambia la fecha electoral según su conveniencia, pero si le dan una salida probablemente la aproveche. En un país en que cada semana pasan cosas que todo lo cambian, ganar tiempo no es desdeñable.

El independentismo llega a su momento más bajo desde que el proceso empezó. El pésimo gusto del «president» para elegir a su gente ha tiene poderosamente que ver con su suerte. Quico Homs es un patán y si un día te lo encontraras con un jabalí entre las ramas no sabrías de cual de los dos tendrías que escapar. Corominas y Rull están al límite de que contratarles desgrave. Mas dijo que la clave de su proyecto soberanista era sumar y ha acabado solo y sin margen para nada más que para saltar al vacío y esperar el milagro.

Hay una Cataluña que espera con ilusión los tanques; estos chicos que dan lecciones de europeísmo y si alguna vez salió de España fue con el Interrail. Se reclaman nación pero se pelean entre ellos con odio de tribu africana. Su fe en la independencia es de hechicero enloquecido que dice que si te bebes la sangre de una gallina degollada, mañana lloverá.

Mañana lloverá

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