Rajoy podría anunciar los cambios el martes o miércoles
No se descarta que el presidente del Gobierno rescate a figuras regionales o locales que el 24-M ha retirado

La que comienza será probablemente la semana decisiva para que el presidente Rajoy realice los cambios anunciados en el seno del Gobierno y en la organización de su partido. El presidente ha mantenido absoluta discreción sobre su calado, pero se prevé que los cambios sean al final menores a las expectativas creadas. No es descartable, apuntan dirigentes populares con responsabilidad en la dirección del partido, que se «rescate» para responsabilidades nacionales a algunos políticos con muy buena actuación en la vida municipal o regional que fueron apartados del poder tras el 24-M por los pactos.
Noticias relacionadas
Rajoy ha hablado con muchos altos cargos de su Gobierno y de su partido. «Ha hablado poco y ha escuchado mucho», indican fuentes muy cercanas al presidente. Con las opiniones que recibe, se forma la suya propia, y en el PP se espera que esta semana se produzca el desenlace. Un alto cargo institucional del PP estaba convencido, a la vista de la agenda del presidente, de que los cambios se harán públicos «antes de San Juan», el 24 de junio, mientras que otro dirigente de la cúpula nacional popular reducía aún más la horquilla, señalando que Rajoy informará sobre las novedades «el martes 16 o el miércoles 17», en este último caso tras la sesión de control al Gobierno que se celebrará en el Congreso de los Diputados.
A seis meses de las generales
Nadie sabe a ciencia cierta qué va a anunciar Rajoy. Se especula con el cambio de algún ministro como el de Educación, José Ignacio Wert, o el de Economía, Luis de Guindos , y la introducción de una figura nueva o de un refuerzo en la portavocía, puesto para el que se mira a Alfonso Alonso, actual ministro de Sanidad -nombrado hace unos meses-.
Más difícil se antoja un cambio profundo del Gobierno a apenas seis meses de las elecciones generales y a tres de que se cierre, a finales de septiembre, la actividad en las Cortes, si finalmente la cita con las urnas para las generales es a finales de noviembre.
Pese a las voces que hablaban de que los retoques podrían afectar a la mano derecha del presidente en el Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el propio Rajoy se encargó de rebajar la rumorología la semana pasada, al apoyar a la vicepresidenta, al igual que lo hizo con la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal, «tocada» igualmente por las quinielas pero que todo apunta a que tampoco se verá afectada por las «rectificaciones» de Rajoy.
En el partido sí se esperan refuerzos para Cospedal, y el más mencionado es Pablo Casado . También ha aparecido en las quinielas el nombre de la actual presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho.
Lo que no se descarta tampoco es que el presidente recupere a algunas figuras que ahora han quedado fuera de la primera línea política tras el 24-M. «El presidente tiene muy buena opinión», aseguran desde el PP, de algunas de las personas que han mantenido durante los últimos años alcaldías o gobiernos autonómicos y que los han perdido por efecto de los pactos pese a ser, en muchos casos, la opción más votada por los ciudadanos.
Decenas de nombres
En esta situación se encuentran decenas de nombres en el PP, aunque sólo por citar algunos se pueden recordar los casos de Javier Maroto, alcalde de Vitoria hasta el sábado, en que fue desalojado por una coalición de PNV y EH Bildu; o Xavier García Albiol, alcalde de Badalona que ha visto cómo su municipio pasaba a manos de una alcaldesa de Guanyem Badalona en Comú con el apoyo del PSOE, CiU, ICV y ERC-Mes. Desde la dirección del PP creen que «no es descartable que el presidente quiera trasladar a responsabilidades nacionales a personas que hasta ahora las han tenido en los ámbitos municipal y regional».
La meta de la dirección del PP, tras el tremendo tropiezo del 24-M, es recuperarse de cara a las elecciones generales. En el mejor de los casos -si no hay adelanto-, se producirán dentro de cinco meses. Rajoy confía en que los primeros pasos de los gobiernos salidos de los pactos postelectorales sean suficientes para que gane peso su mensaje de estabilidad y seguridad.