La Policía explica en el Parlamento danés las lecciones que se sacaron del 11-M
Además de um comisario de Información, en la jornada intervinieron representantes de Estados Unidos, Japón y Reino Unido
La Policía española participó el pasado martes en una jornada organizada por el FSB (Foro para la Protección y Planificación de Emergencias) en el Parlamento de Dinamarca. El comisario José María Borja, de la Comisaría General de Información de la Policía, centró su intervención en la respuesta de nuestro país al 11-M tanto el día de la matanza como posteriormente, con los cambios legislativos introducidos, que sitúan nuestra legislación entre las más avanzadas y eficaces del mundo. En el evento también participarón Michael Murphy, Director Emergencias y Servicios Médicos de Oklahoma, un representante japonés y otro británico, que como en el caso del jefe policial de nuestro país abordaron la respuesta a los atentados terroristas sufridos en sus naciones.
El comisario Borja admitió que antes del 11-M se produjeron errores que derivaron en el peor atentado de la historia de España, como fue el que todos los servicios de información estuviesen dedicados, casi en su totalidad, al terrorismo etarra; que no se ponderara en su justa medida la magnitud del desafío del terrorismo yihadista, ni el grado de amenaza y nivel de riesgo que tenía España; y que no se percibió que, al haber adoptado nuestro país un perfil muy alto en la génesis de la intervención en Irak, nos habíamos hecho más visibles para los líderes de Al Qaeda.
En cuanto a la respuesta al atentado, el comisario explicó que ese día intervinieron 1.948 personas de la Policía, Policía Municipal de Madrid, Cuerpo de Bomberos, sanitarios, trabajadores sociales, psicólogos... Borja puso en valor la experiencia de España en la lucha contra el terrorismo, lo que permitió una perfecta coordinación de todo el dispositivo puesto en marcha aquel día.
En concreto, hizo referencia a la activación de la llamada Circular 50, un plan de actuación ante atentados terroristas en el que se establecen las unidades que deben acudir al lugar de los hechos, la coordinación del dispositivo previamente planificado y el dispositivo a ejecutar en función del tipo de atentado cometido.
Sobre la investigación de esos crímenes, el comisario explicó que las unidades antiterroristas recibieron órdenes concretas como fueron que se hicieran escuchas directas de las intervenciones telefónicas judicializadas ya fueran del ámbito yihadista como etarra; la activación de todas las fuentes humanas, como confidentes, colaboradores y agentes encubiertos y el rastreo de cualquier información en el mismo sentido que se pudiera extraer de fuentes abiertas.
Para el comisario, el 11-M fue un aldabonazo en la concienciación de las nuevas formas de terrorismo que nos amenazaban y dio paso a la creación de distintos órganos para hacer más eficaz la lucha contra este fenómeno, como fue el Comité Ejecutivo para el Mando Unificado de las Fuerzas de Seguridad; el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA) germen del actual CITCO (Centro de Interligencia contra el Terrorismo y el Crimen Orgabnizado); el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista; el Sistema de Alerta Temprana; el Equipo Policial de Apoyo ante grandes ataques terroristas; el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas y la unificación de bases de ADN, entre otras.
Además, se ha puesto en marcha el Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta y se ha abordado la reforma del Código Penal, con el acuerdo de los dos principales partidos.
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