Tuitea, que algo queda

Los partidos recurren al ingenio para captar la atención de los votantes en las redes sociales

Jaime G. MOra

Rosa Díez se unió a Twitter hace dos meses para mejorar su imagen. La líder de UPyD veía cómo Ciudadanos la barría del mapa electoral y decidió competir con sus rivales en la red social que ya abandonó en 2009, después de usarla sin demasiada convicción. Desde su regreso, Díez ha sentenciado en 140 caracteres a los críticos con su liderazgo, se ha enredado con el «pequeño Nicolás» y ha pedido el voto para UPyD en pan con tomate.

La fotografía de dos rebanadas de pan con las palabras «Vota UPyD» escritas con tomate ha sido una de las ideas más extravagantes de la campaña digital para el 24-M . La ocurrencia se multiplicó rápidamente por internet. Esteban Moro, investigador de la Universidad Carlos III de Madrid, explica que la velocidad a la que se transmite la información en Twitter provoca que cuando alguien comete un error no da apenas tiempo a corregir: «Las meteduras de pata tienen más repercusión, son lo más fácil de comentar».

Twitter es una plataforma que permite compartir por internet mensajes cortos, acompañados de fotografías, vídeos o enlaces a noticias. Los partidos, y en campaña electoral los candidatos, lo usan para dar a conocer sus actividades y promesas. «Es uno de los canales más usados por la facilidad para comunicarse con los votantes y conocer casi en tiempo real sus opiniones», señala Moro.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha publicado entre tuits y retuits unos 300 mensajes durante la campaña electoral. Según un informe de Social Noise, el PP es el partido con mayor protagonismo en las conversaciones. Podemos cuenta con la comunidad más activa y Ciudadanos tiene la mejor percepción, seguido de cerca por UPyD.

Aguirre, especialista

Un estudio de Moro sobre el uso de Twitter en las elecciones andaluzas revela que la interacción de los usuarios con los partidos fue un reflejo del resultado electoral. Si bien el comportamiento en esta red de «microblogging» no predice los votos, sí da información sobre el electorado. Todos los segmentos ideológicos están representados y los tuiteros son más permeables a los mensajes de izquierdas. Y, cuando los políticos salen en televisión, aumenta el interés por ellos.

Los candidatos al Gobierno balear han llegado a cambiar la pantalla de televisión por la de los móviles yrespondieron desde un mismo lugar a las preguntas de diez ciudadanos. Al candidato del PP a la alcaldía de Guadalajara, Antonio Román, se le ocurrió explicar, durante todo un día, cómo es una jornada cualquiera para él. Pedro Sánchez compartió un día con el tuitero que está detrás del perfil satírico de Dios, que tiene más seguidores que el propio líder del PSOE. Esperanza Aguirre explota Twitter tanto como sus apariciones televisivas. La candidata del PP en la ciudad de Madrid se presentó en una reunión con su perro Pecas, que tiene un perfil satírico en Twitter. «Estuvo muy activo en la anterior campaña. Me propongo que lo retome porque está muy vago en esta campaña», dijo sobre la versión 2.0 de su mascota. El PP de Madrid difundió una fotografía del animal: «¡Tiene más carácter que la jefa! Él manda».

La presidenta del PP de Madrid ha publicado fotos de ella conversando con ciudadanos en el sofá chéster de su campaña o en un taxi. Pero Twitter puede volverse en contra de los políticos. Un usuario publicó una imagen del autobús de campaña de Aguirre aparcado en medio de una rotonda. La «infracción» fue distribuida por multitud de internautas entre bromas y menciones al incidente de Aguirre con unos agentes de movilidad en la Gran Vía.

A José Antonio Monago, aspirante en Extremadura, le ocurrió algo parecido. Un tuitero difundió una fotografía del autobús del «popular» atrapado en un callejón estrecho. El lema del vehículo decía: «Lo mejor está llegando». También fue objeto de burlas una imagen de una furgoneta de la campaña del socialista Antonio Miguel Carmona, el rival de Aguirre en Madrid. Fue captado detrás de una valla con el mensaje «Sólo entrada al tanatorio».

El episodio más cómico, no obstante, ocurrió en Facebook, una red social menos frecuentada por los partidos por su carácter privado. Nuria Sánchez Viñas, número 8 de Ciudadanos en Mataró, anunció ahí que retiraba su candidatura. Tras leer el programa, llegó a la conclusión de que el partido no era como ella pensaba: «Creía que era de una ideología de izquierda moderada y, una vez leído, veo que es totalmente contrario a mis ideas. Por eso necesito hacer oficial mi renuncia».

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