Disturbios en Milám
¿Están implantados en España los antisistemas del «Black Bloc»?
Los antisistema intentaron esta táctica, utilizada ahora en los incidentes de Milán, durante los disturbios que siguieron a las «Marchas de la Dignidad» en Madrid
Con motivo de la llegada a Madrid de las denominadas «Marchas por la Dignidad", tanto este año como en 2014, la Policía detectó entre los manifestantes un grupo homogéneo de de encapuchados, vestidos en su totalidad de negro. El pasado año tuvieron éxito a la hora de utilizar a los participantes como «escudos humanos» y así provocar gravísismos incidentes, frente a unos antidisturbios que se vieropn por momentos superados. Este año también lo intentaron, cuando este «bloque negro» (black bloc en inglés) integrado por anarquistas y antisistema encapuchados merodeaba por las inmedaciones de la Puerta de Sol, en el centro de Madrid, portando una pancarta con el rostro del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el lema «Muerte al dirigente. Ni líderes ni jerarquías».
Ello demuestra que en España los antisistema quieren asentar también el «black bloc», que más que una organización es un «modus operandi». Pero salvo el relativo éxito conseguido en los disturbios de marzo de 2014, la táctica no está asentada en nuestro país. Aquí los antisistema no tienen tanta fuerza como en Milán, Grecia o Alemania, subrayan fuentes policiales. Los llamamientos, a través de las redes sociales, para que se acudiera a las movilizaciones del pasado mes de marzo encapuchados y todo de negro no tuvieron gran respuesta
Dificultar la identificación y atemorizar
El «bloque negro» es un «modus operandi» que a principios de la década de los ochenta lo pusieron en práctica los activistas en sus movilizaciones antinucleares. La táctica de llevar ropa negra tiene varios objetivos: evitar ser identificados por las Fuerzas de Seguridad y, especialmente, para mostrarse como una sola masa unida, promover la solidaridad entre los participantes, crear una presencia revolucionaria e intimidar al resto de la ciudadanía.
En la actualidad, esta táctica la utilizan sobre todo los movimientos anarquistas, antisistema y antiglobalización de gran parte de Europa. Pero el «black bloc» no es en sí una organización.