Pedro Arriola, el «gurú» electoral del PP, decide jubilarse

Pedro Arriola, el «gurú» del PP, se jubila. A sus 67 años, ha anunciado a sus amigos que va a cerrar su despacho desde el que asesora a ese partido y a algunas empresas privadas y se retira a vivir en Málaga a finales de este año, tan pronto se celebren las elecciones generales. Me lo cuenta el topillo, que no me sabe decir si también ha informado de ello al presidente del Gobierno (a quien él denomina «mi cliente») con el que trabaja aunque nadie en La Moncloa sabe (o quiere) explicar en qué consiste su labor.

A decir de muchos, Arriola influye en el presidente una barbaridad ; según otros, su tarea actual se limita a ayudar en la elaboración de sus discursos. Tras brujulear por La Moncloa, el topillo ha llegado a la conclusión de que su papel ha ido menguando en los últimos tiempos. Pero no ha logrado averiguar si ello se debe a que el presidente prefiere confiar en otros para lo que era su principal cometido – interpretar las encuestas sobre los efectos de la acción del Gobierno-, o al fracaso de sus predicciones más sonadas. «Sabido es que Arriola se ha pasado tres años asegurando a Rajoy que muchos de los votantes del PP estaban en la abstención y acabarían volviendo a su redil tradicional a la hora de la verdad», sentencia el topillo.

Tampoco aparece últimamente por el PP. Pese a que es el partido el que abona su tarifa mensual, a Arriola no se le ha visto por allí en la preparación y puesta en marcha de la campaña para las municipales y autonómicas. Su mujer, Celia Villalobos, «va contando que él no tiene nada que ver con esta campaña, ni participó tampoco en la reciente de los populares de Andalucía », me sigue contando el topillo, a pesar de que ella si participó activamente en la designación de Juanma Moreno como candidato: ambos son malagueños y Villalobos impulsó la carrera política de Moreno nombrándole concejal cuando gobernaba allí como alcaldesa.

Mientras que Arriola organiza su jubilación, su esposa anuncia por su parte que seguirá en activo como política. «No tiene dudas de que volverá a ser la número uno por Málaga en las elecciones generales. Lo que está por ver –se malicia el topillo-es si la dejarán seguir jugando al «CandyCrush» en el escaño cuando su marido pierda su poder actual».