Oídos sordos ante Ciudadanos

Las elecciones andaluzas agudizan la fuga de cargos medios y afiliados de UPyD

Oídos sordos ante Ciudadanos Vanessa Gómez

juan fernández-miranda

«No pienso proponérselo más veces». Lo confesaba Albert Rivera en 2013 después de la enésima negativa de Rosa Díez a buscar puntos de confluencia entre Ciudadanos y UPyD. No era el primer «no» que escuchaba de la entonces exitosa diputada nacional. Tampoco el segundo. La propuesta había sido rechazada hasta en tres ocasiones en conversaciones privadas entre ambos. Pero la batalla no había hecho más que comenzar.

Todavía quedaba mucho tiempo para que la unión de ambos partidos -uno de los asuntos más deseados y discutidos entre sus simpatizantes- se convirtiera en un asunto público. Eso se produjo en el verano de 2014, después de las elecciones europeas y de que el eurodiputado Francisco Sosa Wagner se atreviera a proponerlo públicamente. La reacción de Díez y su guardia pretoriana -esa que hoy se le va poco a poco rebelando- fue furibunda. Pasadas pocas semanas, Sosa Wagner había sido fulminado. ¿Tema zanjado? No, el profesor había entregado su vida política, pero no en balde: Rosa Díez se vio arrastrada a abrir un proceso de negociación.

No tenía intención de pactar

Cuando magentas y naranjas se sentaron frente a frente, la decisión ya estaba tomada. Díez nunca tuvo ni la más mínima intención de pactar, y la prueba estuvo en el documento con los motivos de su rechazo al acuerdo con el que se presentaron en la reunión definitiva. Antes de tomar asiento, el documento obraba ya en manos de la prensa.

En ese momento, con gran parte de su electorado potencial esperando explicaciones, las actitudes de los líderes de UPyD y Ciudadanos fueron completamente distintas, y tal vez ahí estuvo el quid de la cuestión: «Con Ciudadanos no se puede llegar a acuerdos por su falta de transparencia», atacó Díez. «Yo estaba dispuesto a fusionarme», respondió Rivera. Sólo ellos conocen toda la verdad, pero los votantes parece que se han posicionado, y lo han hecho mayoritariamente a favor de Ciudadanos: nueve escaños a cero en el 22-M.

Aquel episodio abrió un intenso debate entre las bases de UPyD e hizo aflorar el verdadero problema de fondo: hacía ya muchos meses que UPyD estaba sufriendo una desbandada de cargos medios. La diferencia con el caso Sosa es que a los anónimos no les escuchaba nadie. O casi nadie.

«Ni me llamó, aunque sabía perfectamente que me iba», explicó en su momento a ABC el que había sido candidato de UPyD a la Xunta en 2011. Como él, abandonaron responsables territoriales del País Vasco, Cantabria y Valencia. Lo mismo sucedió en Murcia, en Andalucía y en Asturias, donde Ignacio Prendes, la llave de la gobernabilidad en el Principado, dejó la dirección del partido. Igualmente, alzaron la voz los eurodiputados Enrique Calvet, líder de una corriente interna que lleva meses pidiendo un congreso extraordinario, y Fernando Maura.

Pero Rosa Díez y sus hombres fuertes seguían haciendo oídos sordos. El análisis más certero lo ha pronunciado una las caras visibles de UPyD en Madrid. El profesor David Ortega, curtido esta legislatura en la batalla de la oposición municipal, se lo dijo claro a su jefa orgánica: «Rosa tiene que escuchar más». Quién sabe si ya es demasiado tarde.

Oídos sordos ante Ciudadanos

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación