«¿Ha pensado en suicidarse? ¿Tiene impulsos de matar?»
Son estas algunas de las preguntas que recogen los test psicológicos a los que deben responder los pilotos, aparte de pasar por exámenes médicos que acrediten que no tienen trastornos de personalidad, del estado de ánimo, mentales o de comportamiento
La normativa europea por la que se establecen requisitos para que un piloto pueda volar pareceen, a priori, muy exhaustivos.
No solo hace falta acreditar experiencia , competencias linguísticas, y un largo etcétera, sino también cumplir muchísimo requisitos en el campo médico. Es inevitable preguntarse cuán exigentes son los exámenes para determinar si una persona de las características de Andreas Lubitz , acusado de estrellar intencionadamente el Airbus A320 de Germanwings, podría ser reconocida antes de que provoquen una tragedia.
Una de las exigencias y que, aparentemente, Lubitz no estaba dispuesto a cumplir, es la que exige a los miembros de la tripulación no llevar a cabo tareas en una aeronave «y, en su caso, no ejercerán las atribuciones de su certificado como tripulantes de vuelo si son conscientes de cualquier disminución de su aptitud psicofísica, en la medida en que tal estado les pudiera incapacitar para realizar sus obligaciones y responsabilidades de seguridad», según reza en el reglamento 1178/2011 de la Comisión, de 3 de noviembre de 2011, por el que se establecen requisitos técnicos y procedimientos administrativos relacionados con el personal de vuelo de la aviación civil.
En cuanto a los requisitos para poder pedir un certificado médico (los solicitantes y titulares de una licencia de piloto comercial deben tener uno para poder volar) deberán carecer de cualquier anormalidad, congénita o adquirida; cualquier enfermedad o discapacidad activa, latente, aguda o crónica; cualquier herida, lesión o secuela de una operación; cualquier consecuencia o efecto secundario de una medicación, prescrita o no, de tipo terapéutico, diagnóstico o preventivo.
Por si esto fuera poco, los pilotos deben tampoco pueden padecer enfermedades cardiovasculares, coronarias, arritmias, trastornos del sistema gastrointestinal, diabetes y que requieran insulina, trastornos hemorrágicos, enfermedades renales ni infecciosas.
Trastornos mentales
En cuanto al apartado de psiquiatría, la normativa establece que «los solicitantes no deberán tener historia clínica comprobada o diagnóstico clínico de cualquier enfermedad o incapacidad psiquiátrica o afección, aguda o crónica, congénita o adquirida, que pudiera interferir con el ejercicio seguro de las atribuciones de la(s) licencia(s) correspondiente(s)».
Un segundo apartado también excluye a los que presenten trastornos mentales o de comportamiento debido al uso o abuso del alcohol o de otras sustancias psicotrópicas y un tercer apartado explicita que «los solicitantes que presenten alguno de los cuadros psiquiátricos siguientes:
1) trastornos del estado de ánimo;
2) trastornos neuróticos;
3) trastornos de la personalidad;
4) trastornos mentales o de comportamiento,
deberán superar satisfactoriamente una evaluación psiquiátrica antes de recibir la calificación de aptos».
Deficiencia psicológica
El apartado de psicología, mucho más corto que el anterior y que el resto de requisitos médicos señala que «los solicitantes no deberán padecer ninguna deficiencia psicológica comprobada que pudiera interferir con el ejercicio seguro de las atribuciones de la(s) licencia(s) correspondiente(s)».
Respecto a la normativa nacional, en España uno de los centros médicos más exhaustivos para acrecitar la salud de los pilotos es el Centro de Investigación de Medicina Aeroespacial (CIMA), aunque hay varios centros repartidos por todo el territorio: Centro Sanitario Can Mora en Barcelona, CMA Triana en Andalucía o Policlínico Lucense en Galicia.
Luego de unas pruebas de rutina, y visitas a diferentes especialistas toca el examen psicológico. Uno de ellos es el 16PF en el que se le pregunta al piloto, entre otras cosas, si tiene impulsos de matar a alguien o si ha pensado alguna vez en suicidarse.
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