La «pinza» acabó en veinte meses con el único gobierno en minoría de Andalucía
IU y PP estrangularon el mandato que Chaves obtuvo en 1994 con 45 diputados. Susana Díaz ya ha expresado su temor a un bloqueo si no logra la mayoría. Apuntó a PP y a Podemos
Con permiso de Francisco Álvarez Cascos y su mandato exprés en Asturias , la legislatura más corta en España se registró en Andalucía de 1994 a 1996 bajo un gobierno en minoría presidido por Manuel Chaves. Fueron los años de «la pinza», el contubernio inconfeso que perpetraron Javier Arenas (PP) y Luis Carlos Rejón (IU) para provocar un bloqueo de facto del Parlamento autonómico en manos del PSOE que condujera al adelanto electoral. El resultado fue una legislatura de tan solo un año y ocho meses, que Chaves dio por finiquitada cuando comprobó que no había forma de sacar los presupuestos adelante.
Al PP y a IU, entonces lideradas por José María Aznar y un Julio Anguita en su mejor momento, les unieron las ganas de ver derrumbarse al enemigo común: Felipe González. Eran aquellos tiempos turbulentos para el socialismo: los GAL, Luis Roldán, Juan Guerra, Mariano Rubio y la confabulación de todas las corrupciones posibles tejieron un escenario propicio para las intenciones de la oposición y adverso para Chaves, que el 12 de junio de 1994 comprobó cuál era su suelo electoral al cosechar tan solo 45 escaños. Era su peor resultado, diecisiete puestos menos de los que había alcanzado en 1990 y diez por debajo de los 55 asientos que necesitaba para garantizarse la mayoría absoluta en la Cámara.
Los 20 parlamentarios de IU-Los Verdes no se opusieron a su investidura, de hecho no participaron en la votación, y permitieron un gobierno en minoría que después dejaron caer víctima de su soledad. Las sesiones parlamentaria se hicieron odiosas, a veces por eternas, otras por la bronca y siempre buscando poner a Chaves en la cuerda floja.
Negociación en clave nacional
La aritmética de la pinza podría reeditarse en Andalucía de gobernar el PSOE en minoría y Susana Díaz lo sabe. Ya lo avisó cuando ni siquiera había anticipado los comicios de este fin de semana, en enero, en un foro en el que alertó de confluencias de fuerzas que se aliarían para hacerla fracasar en un futuro, que sería este presente. Apuntó directamente al PP y a Podemos.
De lo que cabe poca duda es de que será a ella a quien toque buscar socios si quiere cumplir la máxima de la «estabilidad», en cuyo sagrado nombre rompió con IU y anticipó elecciones. Mariano Rajoy lo dejó claro esta semana en una entrevista en Onda Cero: debe gobernar la lista más votada, o lo que es lo mismo, que el PP se abstendrá si es menester para propiciar la investidura de Susana Díaz, y que luego sea la socialista la que gestione un mandato en precario. Negociando, por cierto, con fuerzas como Podemos, Ciudadanos o la despechada IU, a las que conviene muy poco matrimoniar con el PSOE en Andalucía con elecciones municipales y generales a la vuelta de la esquina.
Mayoría absoluta ocho años después
En marzo de 1996, los comicios anticipados sirvieron al final a Chaves para remontar hasta los 52 escaños, que completó en un pacto de gobierno con los cuatro diputados del Partido Andalucista. La fórmula aguantó la legislatura y se perpetuó durante la siguiente iniciada en 2000, hasta que en 2004 el socialista volvió a recuperar la mayoría absoluta con 61 actas.
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