«La Fiera», primer mafioso ruso que pacta

Vitali Izgilov abandonará España en los próximos días a cambio de no volver a prisión, tras una década imputado

Cruz morcillo/pablo muñoz

Vitali Izgilov, alias «Zver» (« La Fiera »), ya prepara las maletas para abandonar su mansión en El Campello (Alicante) tras sentarse el miércoles en el banquillo de la Audiencia Nacional y conformarse con la pena que le pedía la Fiscalía Anticorrupción: cinco años y nueve meses de prisión y una multa de 700.568,68 euros por los delitos de asociación ilícita, blanqueo y tenencia ilícita de armas. Izgilov, que estaba en libertad bajo fianza de 300.000 euros, no ingresará en la cárcel. El pacto, el primero al que se llega con uno de los mafiosos rusos perseguidos en España, es marcharse de nuestro país en cuanto se dicte sentencia (no hay recursos) donde no podrá volver en los próximos diez años. Con su marcha se cierra la «operación Avispa», hace ya una década, el primer aviso a la mafia rusa de que se acabaría con su impunidad.

Izgilov, de 56 años, considerado un «ladrón en la ley», con aspecto de gañán y manejo de cantidades millonarias, ha estado en el punto de mira de Alemania, Bélgica, Israel, Rusia, Estados Unidos y España, donde entró en prisión en 2005 durante seis meses por sus relaciones con el jefe mafioso Zhakar Kalashov y el núcleo de duro de grupos criminales tanto de San Petersburgo como de Georgia. La cárcel le hizo ascender en la comunidad criminal y pasó de ser un tipo de segunda a un capo que ordenaba y recibía transacciones millonarias del Banco de Nueva York, por ejemplo, desde su mansión alicantina, ajustes de cuentas o lo que se requiriera.

En 2008, tras volver a ser detenido en la operación Troika le contó al juez Baltasar Garzón que era «un hombre de negocios» y por eso recibía 5.000 euros al mes desde Rusia, de sus restaurantes. Pese a no tener trabajo conocido ni profesión, solo los coches que había en su garaje, entre ellos un histórico «Clenet» o un Masseratti Quattroporte, están valorados en cerca de 600.000 euros. La investigación en España y en otros países constata que su patrimonio, en muchos casos a nombre de subalternos, procede del crimen organizado.

«La Fiera», según recoge la sentencia de conformidad que cita un informe de junio de 2005 de la Guardia Civil, es dirigente de los grupos de crimen organizado Liouberziy, Balashijinnskaya y Vidnovskaya, todos ellos subordinados a Solntsevo, y lidera además la Kazanzkaya, establecida en Israel. Uno de los casos más sonados por los que fue investigado se produjo en Estados Unidos, donde a finales de los 90 habría participado en una operación de blanqueo de más de siete mil millones de dólares. Parte del dinero, según las investigaciones del FBI, fueron a parar a cuentas de Izgilov en Alicante. En Moscú, «la Fiera» fue señalado como sospechoso del secuestro y asesinato en 1996 del presidente de la empresa «Russkaya Vodka», Mark Nudel, con pasaporte estadounidense pero nacido en Odesa... Pero se trata solo de algunos de los crímenes con los que se le relaciona.

En España, sus actividades están relacionadas, sobre todo, con el blanqueo de capitales, y las investigaciones demuestran que es un jefe muy relevante de la mafia rusa. En las conversaciones telefónicas intervenidas se ve cómo «es informado y requerido por distintos individuos en busca de su aprobación, mediación, intervención y apoyo, y da órdenes a sus subornidados en distintos asuntos».

La siguiente conversación, recogida en el libro «Palabra de Vor. Las mafias rusas en España» tuvo lugar el 19 de febrero de 2008, a las nueve menos veinte de la noche, entre Vitaly Izgilov y un tipo llamado «Marat»:

-Vitali (V) (hablando de una converasación entre su abogado y el fiscal): El abogado dice: lo ha ganado, pero si vino aquí de Rusia. No lo ha ganado aquí. Si lo hubiese ganado aquí y lo hubiese comprado aquí. Él vino desde allí... y gilipolleces de estas. Están solo para dar por el culo.

-Marat (M): ¿Quién? ¿El fiscal?

-V: Sí, sí. El juez está hasta la p... Dice: vete a ver al fiscal, que a mí me da igual.

-M: Él quiere que se la claven.

-V: Claro que quiere.

-M: Pues clávasela.

-V: Mándame a nuestro amigo.

-M: Hay que mandar a «Slava».

-V: Sí. Manda a nuestro amigo.

-M: Que se la clave.

-V: Sí. Va a solucionar solo sus cuestiones (se ríe)

La Fiscalía contra la Corrupción y el Crimen Organizado se convirtió en eje de su inquina (uno más en su amplia lista de enemigos). Al final, ha pactado. Tras hacerlo, Vitali aún se permitió una mínima bravuconería en Sala. La última. Su siguiente destino, con gran probabilidad, será Rusia. Allí volverá a encontrarse con algunos de sus viejos colegas, los que aún no han sido asesinados o están en prisión. También con el jefe: Kalashov, excarcelado y expulsado antes del final de su condena por la Audiencia Nacional.

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