Dirigentes del PP piden un relevo pacífico y no «más tiros en el pie»
Cargos regionales apuestan porque un congreso decida quién lidera el PP en Madrid
«Esto es un suicidio; no se puede hacer peor», se lamentaba ayer un cargo popular madrileño cercano a Aguirre. Sembrar dudas sobre «una candidata recién nombrada, a 80 días de las elecciones, es debilitarla», aseguraba, alarmado por la gravedad de la fractura entre la dirección nacional y la regional del PP. Un tema que el presidente Rajoy quiso cerrar de inmediato: «Para mí está zanjado», señaló ayer desde Guatemala.
Desde las explosivas declaraciones de la presidenta regional madrileña y candidata a alcaldesa, Esperanza Aguirre , hasta que un comunicado del PP nacional –donde, según Rajoy, se dice «la verdad»– aclaró a primera hora de la tarde que no habría gestora controlando el PP de Madrid, cundió la inquietud entre sus militantes y cargos.
«Nadie que conozca a Esperanza cree que estaría dispuesta a “tragar” con una gestora», coincidían. «Eso es disparar al pie al propio partido», apuntaba otro. Un tercero ponía el acento en el «malísimo mensaje que se traslada a los militantes» y advertía: «Estamos jugando con la existencia misma del PP, a 80 días de las elecciones».
La alcaldesa, Ana Botella, pedía públicamente «sensatez», y alguien muy cercano a ella reflexionaba: «No nos reconocemos». Desde el entorno de la presidenta regional, lamentaban la «erosión» a la imagen de Aguirre, y las filtraciones sobre una posible gestora: «Parece que quieren tomar Madrid como sea, incluso con excavadora».
La mayoría de los consultados –alcaldes, diputados regionales, concejales, cargos orgánicos– coincidían en que lo mejor es celebrar un congreso regional cuando pasen las elecciones, y en él decidir quién lidera el partido en el futuro. Ahí ven muchos a Cristina Cifuentes como «el relevo natural de Esperanza». Pero siempre, insisten, de forma pacífica, y no en medio de un escándalo. «De este modo, la primera noticia de la campaña electoral ha sido en negativo», recriminaban.
La propia Aguirre señalaba ayer la posibilidad de no presentarse a la reelección como presidenta regional si gana la alcaldía. Algo que, en cualquier caos, no decidiría hasta que llegara el momento: unos resultados electorales muy buenos –que la destacaran varios puntos sobre el porcentaje de su compañera de cartel, Cristina Cifuentes– podrían animarla a continuar.
«Esta batallita la ha ganado ella», reconocían populares más «marianistas». Que destacaban que, en cualquier caso, «el mensaje está mandado: Esperanza está de salida, le hemos puesto el contador a cero al aguirrismo». Aunque también advierten: controlando como hasta ahora el partido, se garantiza confeccionar la lista de alcaldes y otros cargos, que «son los que luego votan en el congreso».
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