«Hiriko» se estrella contra la Justicia
El gran sueño automovilístico vasco de crear una escudería de F-1 y un coche eléctrico deja un agujero de 65 millones
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Primero fue el gran sueño «nacional» automovilístico de contar con una escudería vasca de Fórmula1 (Epsilon) el que se estampó contra la realidad, dejando un agujero de 48 millones de euros en ayudas públicas. A rebufo de aquello, llegó el otro gran fiasco: la creación de un coche eléctrico vasco y urbano, Hiriko, que, en palabras del PNV, iba a situar el País Vasco en la «pole position de salida» del sector. Finalmente, este prototipo de coche biplaza plegable, comprado al MIT de Massachussets y que llegó a presentarse en Bruselas entre grandes pompas, consumió otros 17 millones en subvenciones públicas y ha acabado igualmente estrellándose contra la Justicia. Ambos escándalos -auspiciados por un grupo de empresarios nacionalistas para los que el PNV medió ante las instituciones en forma de suculentas ayudas económicas- suman un agujero de 65 millones. Casi 11.000 millones de las antiguas pesetas.
14,7 millones del Ministerio
El fiscal jefe de Álava, Josu Izagirre, ha presentado esta semana pasada una querella criminal contral el grupo de empresarios alaveses, vinculados al PNV, que lideró la tupida trama societaria (cuya matriz era Afypaida) que debía desarrollar y comercializar el coche eléctrico vasco fantasma. Tras la investigación realizada de la mano de la Unidad de Delitos Económicos de la Ertzaintza, que ha acumulado 35 cajas de documentación, el fiscal Izagirre observa delitos de fraude, blanqueo de capitales, malversación de caudales y falsedad documental. Seis personas están imputadas, entre ellas el industrial alavés Juan Echave, por el presunto manejo irregular de los fondos, cuya asignación también fiscalizará ahora el Tribunal de Cuentas.
Unos 14, 7 de los millones de euros recibidos por Hiriko llegaron del Gobierno central, que esta semana se decidía a personarse como acusación ante el nuevo escándalo judicial que pone en entredicho la «buena gestión» de la que siempre ha presumido el PNV. El sueño automolístico vasco fue, de hecho, ideado e impulsado desde tiempos del Gobierno de Juan José Ibarretxe, en 2007. Este partido colocó desde 2010 a Hiriko y y la supuesta escudería de F-1 vasca Epsilon en primera línea de la negociación presupuestaria con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que necesitó de su apoyo en el Congreso para aprobar sus cuentas. De esa forma, casi 15 millones del Ministerio de Ciencia e Innovación llovieron sobre Hiriko. También el Gobierno vasco, entonces presidido por el socialista Patxi López, otorgó otros 2,7 millones en subvenciones al coche eléctrico, una cifra mucho menor debido a la desconfianza del ejecutivo del PSE en la viabilidad del proyecto. Esta cantidad fue auditada «del primer al último euro», según se comprometió el anterior gobierno. Esto ha llevado al actual equipo del PNV a defender la limpieza de su actuación y negar que haya existido «ninguna irregularidad» en los pagos a Hiriko.
Pero el fiscal Izagirre cuantifica en 6,4 millones de euros el dinero defraudado por los promotores, a los que además acusa de haber blanqueado capitales en la red de araña societaria con la que «idearon un plan» para lucrarse. Según desarrolla el fiscal en su denuncia presentada ante el juez todos los ingresos de Hiriko llegaron de fondos públicos. Si el vehículo eléctrico tenía éxito, «todos» los beneficios «revertirían» en los empresarios, de los que recalca que no tenían ninguna experiencia en el sector. En cambio, si el negocio fracasaba, como así ocurrió, todos los gastos habrían corrido a cargo de las administraciones, que no tienen forma de recuperar el dinero.
Aunque de momento no hay ninguna imputación contra cargos de las administraciones que desembolsaron en favor de Hiriko, plagado de sombras, este nuevo escándalo judicial ha arrinconado al PNV y su tan exhibido «modelo de gestión». Una comisión de investigación abierta en el Parlamento de Vitoria ya aprobó el año pasado un dictamen que observa irregularidades y decretan «responsabilidades políticas» de cargos del PNV que ocupaban instituciones que favorecieron la posterior dilapidación de dinero público. El equipo de Iñigo Urkullu, sin embargo, se excluyó de cualquier «responsabilidad criminal» tras conocerse la querella de la Fiscalía. «Los responsables criminales, de existir, en relación con esas imputaciones, serían las personas responsables de esas empresas que recibieron esos y otros fondos», dijo el portavoz, Josu Erkoreka.
Bildu y UPyD han denunciado que el PNV ha favorecido desde las instituciones redes clientelares dejando paso al «enchufismo» y «corrupción soterrada». El PP mantiene que hay «responsabilidades políticas» por la concesión de ayudas a un «proyecto irreal» y denuncia la gestión «nefasta» de dinero público.
El lendakari afeó a la oposición que vincule el presunto fraude de Hiriko con el PNV y salió en defensa de la «honorabilidad y comportamiento de la calse empresarial vasca», por más que estos planes automovilísticos hayan fracasado estrepitosamente, con graves irregularidades, según el Ministerio Público.